Diego Lagomarsino llega puntual a la cita pactada para la entrevista. La lluvia del sábado no le impidió viajar desde la zona norte, donde reside, hasta el barrio de Palermo. Hace ya cuatro años que no se mueve con total libertad.
Diego Lagomarsino llega puntual a la cita pactada para la entrevista. La lluvia del sábado no le impidió viajar desde la zona norte, donde reside, hasta el barrio de Palermo. Hace ya cuatro años que no se mueve con total libertad.
El técnico informático vive acompañado de sus custodios que jamás le pierden pisada. “Me tuve que acostumbrar a esa vida, pero ellos son muy prudentes y me siguen a cierta distancia”, revela mientras se acomoda para la sesión de fotos acordadas con A24.com.
Llueve a cántaros en la Capital Federal y antes de comenzar el diálogo refunfuña, en tono irónico, por el madrugón. “Me hiciste despertar a las 7 de la mañana un sábado, lo recordaré por siempre”, aclara mientras se ríe y apura un café con leche para combatir su tono adormilado.
Cuando faltan pocos días para el quinto aniversario de la muerte del ex fiscal Alberto Nisman, el caso volvió al centro de la escena política tras los polémicos cruces entre la actual ministra de Seguridad Sabina Frederic y su antecesora, Patricia Bullrich.
El debate se inició por el rol de la Gendarmería como fuerza federal convocada para realizar una pericia que contradijo al primer informe del Cuerpo Médico Forense.
-La discusión sobre si es o no una intromisión al poder judicial es algo de lo que prefiero no opinar. La verdad que me parece bien que se revea esa pericia y es algo que venimos pidiendo en la causa. Y se nos viene negando. Si están tan seguros de los resultados por qué no podemos contraponer ese informe con los otros. Y de esa manera llegar a una conclusión.
-La pericia de Gendarmería es un horror. No habría que hacer una revisión sino tirarla a la basura. Entre otras aberraciones, la pericia habla de golpes en el cuerpo que realmente no existieron. Y deliraron cuando inventaron lo de la ketamina haciéndole creer a todo el mundo que Nisman fue drogado. Un disparate.
-Realmente no lo sé. Pero, sin dudas, puedo garantizarte que la pericia está plagada de errores. Hicieron cualquier cosa con el cálculo de la data de muerte.
-Espero que sea por impericia e ignorancia. Por eso creo que está bueno lo que plantea Frederic que no es ni más ni menos que una revisión interna del informe.
-Sí, sin dudas…
-No lo sé, no quiero meterme en la parte política.
- (Se incomoda) No quiero entrar en eso. Pero ¿sabés como se soluciona esto? De manera muy sencilla ¿Por qué no contrastan las pericias y comparan lo que dijo el Cuerpo Médico Forense con la que hizo la Policía Federal con la que hizo la Gendarmería? Ahí se van a dar cuenta que lo que planteamos es real. La pericia de Gendarmería es un papelón.
-Me acusan de una muerte que no sabemos como fue. Me quieren vincular a un supuesto plan que nadie sabe explicar. No hay nada de nada. Hoy, ya no tengo ninguna duda de que Nisman se suicidó, de que fue él quien se disparó.
-No lo sé y creo que nunca lo sabremos. Lo hablé con muchos profesionales de la salud mental y todos coinciden en que no es tan sencillo detectar a una persona con tendencias suicidas.
-(Se ríe) Eso lo dijeron muchas veces, como tantas otras pavadas. También aseguraron que yo era gay, lo cual no tendría nada de malo, y que mantenía una relación con Nisman.
Son todos disparates que se dijeron estos años. Buscaron estupideces para ensuciarme. Dijeron que yo era el dealer de Alberto y que le llevaba droga; y hasta llegaron a decir que yo le entregué el arma a un comando asesino.
-Lo que es indudable es que hubo muchos sectores que usaron políticamente a Nisman y que yo quedé enganchado en esa situación. Lo usaron vivo, con la denuncia y lo usaron muerto armando una historia insólita y mentirosa.
-Todos, hasta los medios lo usaron. Nisman le generó dinero a mucha gente.
-Me refiero a la muerte de Nisman. Muchos se beneficiaron con esta pérdida que, aunque mucha gente no lo crea, a mi me dolió porque lo consideraba una persona muy cercana.
-Muy difícil desde hace casi cinco años. Pero tengo dos hijos y les enseño todos los días que uno no puede bajar los brazos ante la adversidad, yo no voy a seguir el ejemplo de Nisman, no me voy a suicidar, no me van a quebrar.