El nuevo escenario mundial

El conflicto ruso-ucraniano descolocó a Alberto Fernández en la cuestión Malvinas y en el acuerdo con el FMI

La falta de condena inicial a la invasión de Putin a Ucrania, un territorio extranjero, expuso al Presidente a esgrimir una debilidad en el reclamo sobre las Islas Malvinas.
Mariano Obarrio
por Mariano Obarrio |
Alberto Fernández en su gira por la Rusia de Putin

Alberto Fernández en su gira por la Rusia de Putin

La invasión de las tropas de Vladimir Putin a Ucrania dejó al presidente Alberto Fernández mal parado y obligado a recular de una postura complaciente con la Federación Rusa hacia otra moderadamente dura. Pudo advertir que había dejado expuesto al país en su histórico reclamo por la soberanía sobre las Islas Malvinas, territorio invadido por Gran Bretaña, y en una frágil posición frente a la OTAN y los Estados Unidos, lo que hizo temer que peligrara el acuerdo inminente con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Según pudo saber A24.com estos dos fueron los ejes sobre los cuales el Presidente y el canciller Santiago Cafiero resolvieron en la madrugada de ayer ensayar un giro diplomático. El miércoles el representante argentino ante la ONU, Fabian Oddone, había manifestado una exhortación al “diálogo” cuando era un hecho la invasión rusa sobre Kiev. Pero el jueves, la Cancillería cambió y expresó un "firme rechazo" al uso de la fuerza y reclamó el cese del fuego a Moscu.

Incluso, a media tarde, Alberto Fernández bajó el tono por Twitter y expresó un "lamento" contra el régimen de Vladimir Putin, con quien se había reunido hace 15 días y le había ofrecido a la Argentina “como puerta de entrada de Rusia en América latina”. También le había confesado que estaba “empecinado” en cortar la “dependencia del FMI y de los Estados Unidos”. Ayer, Putin fue condenado por los Estados Unidos, la Unión Europea y el mundo.

Todas las miradas contra Tettamanti en la Cancillería

En el Gobierno culpaban del primer comunicado del martes al vicecanciller Pablo Tettamanti, ex embajador en Moscu, hombre leal a la vicepresidenta Cristina Kirchner, que tiene simpatía por el régimen de Putin. De hecho, ella, La Cámpora, Axel Kicillof y los funcionarios K no condenaron ayer la invasión rusa.

Entre los diplomáticos de carrera no se explican la devoción del kirchnerismo duro con Putin. Es un líder autoritario, ultraconservador y ortodoxo, que reivindica la Rusia de los Zares, cuyo modelo es Pedro el Grande, condena la revolución bolchevique y a la Unión Soviética, condena a los homosexuales, y se lo acusa de envenenar adversarios.

“Tettamanti se equivocó, pero no porque nos enfrenta a Estados Unidos y porque eso puede repercutir en el acuerdo con el FMI, sino porque nos dejó expuestos con Malvinas”, dijo un hombre de la Cancillería luego de los dimes y diretes en la Casa Rosada. El conflicto de Ucrania tiene que ver con Malvinas.

La complacencia con Rusia debilita al país en el reclamo por Malvinas

La Argentina no puede pasar por alto que un imperio invada y usurpe otro país o un territorio de otra nación, según los diplomáticos avezados. Sostener una postura complaciente en ese punto puede dejar en debilidad de argumentos a la Argentina en las Naciones Unidas cuando tiene que reclamar todos los años por recuperación de la soberanía argentina en las Islas Malvinas frente a la invasión de Gran Bretaña en 1833.

La Argentina no puede desconocer, como lo hacía el comunicado de Tettamanti, que Rusia pretende aplicar lo que en derecho internacional se conoce Uti possidetis de facto, la posesión de hecho de un territorio. La Argentina sostiene en los foros internacionales el principio de Uti possidetis iuris, la posesión legal por derecho propio de un territorio como Malvinas.

“Es un grosero error diplomático de Tettamanti más allá de lo ideológico”, señalaron en la Cancillería, donde se lo explicaron a Cafiero y éste se lo transmitió a Alberto Fernández.

"La Argentina no cambio, sino que cambiaron los hechos"

Sin embargo, en el Ministerio de Relaciones Exteriores, cerca de Cafiero, desestimaron la gravedad del asunto. Ante la consulta de A24.com sobre el conflicto abierto, la respuesta de las fuentes oficiales fue: “Prudencia y calma. No cambió el Gobierno, cambiaron los hechos. Se pide el cese el fuego al país que atacó”.

Y agregaron que el gobierno “defiende siempre la postura histórica de paz y cumplimiento de la Carta de Naciones Unidas. Si mañana ataca Francia también cuestionaremos el ataque”.

En medio de ese conflicto, el ala albertista más afín con los Estados Unidos y occidente alertaron al Presidente contra el primer comunicado de Tettamanti. En esa línea, también analizaron la inconveniencia de quedar mal parados ante Washington ante el inminente acuerdo con el FMI por la renegociación de los 44.000 millones de dólares de deuda.

En esa línea se anotaron el jefe del Gabinete, Juan Manzur, el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Beliz, el embajador Gustavo Beliz, y el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa. De ese modo, la invasión rusa a Ucrania volvió a abrir la grieta entre los progresistas K y los conservadores peronistas.

Cancillería no ayudó a Martín Guzmán a cerrar el acuerdo con el FMI

Tampoco ayudaba la declaración de Tettamanti a las negociaciones que el ministro de Economía, Martín Guzmán, viene tratando de cerrar en los Estados Unidos. Guzmán también es una figura con buena llegada a Washington.

Por este conflicto y por la falta de definición sobre el recorte de los subsidios a la energía y el transporte, que enfrenta a Guzmán y a Alberto Fernández con el ala dura del kirchnerismo, el proyecto de ley de acuerdo con el FMI no llegará este viernes a la Cámara de Diputados, como había hecho trascender la Casa Rosada.

Se prevé, según confiaron altas fuentes a A24.com, que se enviará entre el lunes, martes u otro día, después del discurso del Presidente ante la Asamblea Legislativa, cuando inaugurará las sesiones ordinarias del Congreso.

Sigue el conflicto con los K y ya hay 18 abstenciones en el FDT

El kirchnerismo duro no acepta aumentos de tarifas mayores al 20% y sólo podría aceptar llegar a una cifra menor a la inflación prevista para 2022, pero nunca el 66% que reclama el Fondo. El borrador que trascendió esta semana del acuerdo con el FMI no hizo más que sembrar desconfianza en La Cámpora.

Ahora, los dirigentes que siguen al diputado Máximo Kirchner no confían en Guzmán porque sostienen que ya les mintió demasiado en los datos y tampoco terminan de creer en la reforma previsional que a cuenta gotas fue admitiendo el ministro, además del revalúo inmobiliario con aumentos de impuestos a los bienes personales y otros ajustes en carpeta.

Massa y el jefe del bloque del Frente de Todos, Germán Martínez, contabilizan 18 abstenciones y dos votos en contra en el bloque oficialista. En total, habría 96 o 98 votos a favor en su bancada y otros tantos en Juntos por el Cambio, en tanto que se estiman 11 rechazos en el total y una veintena de abstenciones, entre ellas la de Máximo Kirchner.

Las palabras que se dicen y las que se omiten

El ex embajador en Rusia Ricardo Lagorio consideró que fue un total error de Tettamanti no haber mencionado en el comunicado del miércoles que Rusia cometería una "invasión" a un territorio extranjero, ni la "violación de la Carta de las Naciones Unidas", y ni el atentado contra la "integridad territorial" de Ucrania. Son palabras clave del conflicto.

“Este conflicto amerita una reunión de la Asamblea General de las Naciones Unidas porque afecta al funcionamiento internacional y nos afecta a nosotros por la cuestión Malvinas”, señaló Lagorio, que al igual que otros diplomáticos también deslizó el error de Tettamanti. En la Cancillería hablaban de “falta de profesionalismo”.

“El conflicto tiene que desbilateralizarse y multilateralizarse y debe haber una declaración condenatoria de la ONU porque no es Rusia contra Ucrania, Estados Unidos o la OTAN, sino contra todos los países de la ONU”, dijo.

Lagorio, de excelentes relaciones con el gobierno de Putin desde cuando era embajador en Moscu (2017-2019), alertó que “Rusia mutiló Ucrania y esto es más grave, porque Rusia es miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU junto con los Estados Unidos, Gran Bretaña, China y Francia”.

Para el mundo diplomático, “las palabras pesan” y las que se dicen tienen la misma importancia que las que no se dicen. Por eso, el gobierno de Alberto Fernández tuvo que enmendar el error del comunicado del miércoles.

La seguidilla de declaraciones para enmendar los errores

Durante la 58° sesión plenaria de la ONU del miércoles, el representante permanente alterno argentino Fabián Oddone presentó una declaración inspirada por Tettamanti que decía que “la Argentina expresa su preocupación por el desarrollo de la situación generada en Ucrania”. Moscú ya había invadido territorios separatistas ucranianos. “Es necesario dar pasos sustantivos para entablar un diálogo constructivo y de buena fe”, solicitaba gentilmente el pronunciamiento lavado.

Ni siquiera nombraba a Rusia. En la madrugada del jueves la Cancillería tuvo que aumentar el voltaje. Allí expresó el “más firme rechazo al uso de la fuerza armada” y dijo que “lamenta” la escalada de la situación generada. Por primera vez nombró a Rusia y dijo que “llama a la Federación de Rusia a cesar las acciones militares”.

Exhortó además a respetar “la Carta de las Naciones Unidas, sin ambigüedades ni dando preeminencia a unos sobre otros, con pleno respeto del derecho internacional, a la soberanía de los estados y su integridad territorial, la solución pacífica de las controversias y el pleno y profundo respeto por los derechos humanos”. Sin embargo, la Cancillería evitó las palabras de “condena a Rusia” que recomendaban algunos.

El Presidente debió salir a escena para reforzar la postura

Sobre las 4 de la tarde, el Presidente buscó reforzar los conceptos de soberanía e integridad territorial que alcanzan también al reclamo argentino sobre las Islas Malvinas, aunque sin emplear la palabra “condena”. Alberto Fernández dijo en un tuit: “Lamento profundamente la escalada bélica que conocemos a partir de la situación generada en Ucrania”.

También señaló que “el diálogo y respeto a la soberanía, la integridad territorial, la seguridad de los Estados y a los derechos humanos garantizan soluciones justas y duraderas a los conflictos”. La frase fue pensada para Malvinas.

Y señaló: “Hacemos un llamado a todas las partes a no usar la fuerza militar. Pedimos a la Federación de Rusia que ponga fin a las acciones emprendidas y que todas las partes involucradas vuelvan a la mesa del diálogo”. De ese modo, hizo una advertencia sin condena al régimen de Putin.

En el gobierno de Alberto Fernández aseguraban ayer que no existe ánimo, por ahora, de interrumpir las relaciones con Rusia ni de analizar qué hará la Argentina en un caso de embargo internacional hacia el gobierno de Putin. En materia diplomática, la Casa Rosada apela a la política del “vamos viendo”.