Guillermo Francos se reunió en el Senado con Villarruel y jefes de bloques ialoguistas para defiir las sesiones extraordinarias. Foto JGM.jpeg
Francos mantuvo una cumbre en el Senado con los bloques dialoguistas (Foto: archivo).
El cronograma en Diputados
En Diputados el tema está más organizado. El martes 28 se reúnen los jefes de bloque dialoguistas con Martín Menem. Es parte de un pedido de algunos bloques -como el de Miguel Pichetto- para que las conversaciones se den en el Congreso, y no en la Casa Rosada, como pasó la semana anterior.
Las conversaciones más del tipo técnicas serían entre el 29 y el 30 de enero. Otro conflicto que se avecina. ¿Por qué charlas a puertas cerradas con gente externa al Congreso en lugar de hacer funcionar como corresponde a las comisiones?
De acuerdo con el cronograma que manejan fuentes del oficialismo y la oposición dialoguista, la convocatoria a comisiones se daría recién la primera semana de febrero. El 4 y el 5. Es decir, que pese al pedido de Milei de abrir el Congreso en enero, la cosa no va a ser posible. Otro fracaso parlamentario. En esas fechas, si todo está bien, deberían firmarse dictamen de algunos proyectos.
Las sesiones para votar todo serían el 6 de febrero (ficha limpia y ley antimafia) y el 11 de febrero (reiterancia, quebrantos y reforma electoral, incluyendo la eliminación de las PASO).
Todo un cronograma muy optimista, digno del parlamento sueco, que difícilmente se pueda implementar así en la Argentina.
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El martes 28 se reúnen los jefes de bloque dialoguistas con Martín Menem, presidente de la Cámara de Diputados (Foto: archivo).
¿Y el Senado?
En el Senado la idea es funcionar en espejo de Diputados. Oficialismo y oposición reconocen que hasta febrero no va a haber nada.
En el oficialismo saben que la tienen todavía más complicada. En la primera sesión que se haga, va a jurar Stefanía Cora, la camporista que debe reemplazar al expulsado Edgardo Kueider.
Así, el oficialismo pierde un aliado y el peronismo queda con 34 votos, a solo tres del quorum propio; los radicales Martín Lousteau, Pablo Blanco y la PRO Guadalupe Tagliaferri no se cuentan entre los aliados de la Casa Rosada.
Para eliminar o suspender las PASO se necesita una mayoría especial de 37 votos. No está claro que los tengan. Todo va a depender de lo que diga el peronismo (y Cristina).
Otro dato a tener en cuenta. Si la aprobación de la suspensión de las PASO en Diputados es el martes 11, recién el miércoles 12 se puede empezar a tratar en el Senado; aun con viento a favor y con rápido dictamen necesitan esperar una semana para tratarlo en el recinto, de acuerdo con lo que dice el reglamento de la Cámara alta. Hasta el martes 18 no se puede aprobar. Queda a solo 3 días del plazo que puso Milei para el fin de las extraordinarias.
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Milei busca suspender las PASO. Sin embargo, no está claro que tenga los votos para lograrlo (Foto: archivo).
¿PASO sí o no?
Para el Gobierno solo hay dos leyes importantes: la antimafia y la eliminación de las PASO, que el PRO se va a encargar de que derive en una suspensión por única vez. Al oficialismo, el resto no le interesa.
El PRO, en cambio, está muy interesado en ficha limpia, que es lo que eventualmente evitaría una candidatura de Cristina Fernández de Kirchner en provincia de Buenos Aires (o a senadora en CABA, como surgió el reciente rumor). En cambio, seguiría habilitada una postulación a algún cargo provincial, si eventualmente fuera necesario.
El tema de los jueces de la Corte, ya pasó a un tercer plano para el Gobierno. Quizás se pueda aprobar el pliego de Ariel Lijo y dejar en un limbo eterno a Manuel García Mansilla.
El plato fuerte es qué pasa con las PASO. El Gobierno quiere eliminarlas de cuajo por toda la eternidad. El PRO y otros aliados buscan que sea todo por 2025 y patear para 2027 la discusión definitiva.
Pero como se necesita mayoría absoluta (129 votos en Diputados y 37 en el Senado), parece difícil que el tema avance sin un aval del peronismo. Y ahí aparece una pregunta que flota en toda la clase política: ¿qué opina Cristina Kirchner?
Un legislador muy cercano a Cristina, pero con distancia de La Cámpora, ironizó: “Van a hacer lo que les diga Santiago Caputo”. Una muestra de que las cosas no andan bien en el peronismo.