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El hombre de Macri en el G20: quién es el "buscador de palabritas" que intenta lograr un acuerdo entre Trump y el presidente chino

Pablo Winokur
por Pablo Winokur |
El hombre de Macri en el G20: quién es el buscador de palabritas que intenta lograr un acuerdo entre Trump y el presidente chino

Sherpa es una palabra nepalesa. Son los guías y portadores que llevan la carga subiendo el Himalaya. “En mi familia también se preguntan, tenés tantos años de carrera y ahora resulta que sos un portador”, dice Pedro Villagra Delgado, el sherpa argentino en el G20. "Sherpa" es aquel que asiste a los líderes (los presidentes, primeros ministros) en este tipo de foros.

Villagra Delgado es un diplomático con 40 años de carrera. Fue vicecanciller y ahora es el hombre que encabeza todas las negociaciones del G20 en nombre de Mauricio Macri. En entrevista con A24.com, Villagra Delgado admite que su trabajo es “encontrar palabritas” que permitan a los líderes del mundo “convivir” y “seguir dialogando” para encontrar reglas en común para todos. El desafío no fue fácil, pero él se muestra convencido de que el rol de árbitro de Argentina puede hacer que se logre ese acuerdo.

-¿Durante el G20 es como si fueras el presidente del mundo?

-No. El G20 es muy importante. Es el mecanismo preminente de coordinación económica mundial. Tomar la presidencia es un orden de la magnitud del cambio. Vos pasás de ser parte de ese proceso que es importante para un país medio como es la Argentina, estar sentado en la mesa donde se toman las decisiones importantes. En este caso al tener la presidencia, vos sos el que lidera y fija las prioridades, elabora el documento de base que se convierte en la declaración de líder. Pero el sherpa es un servidor de los jefes.

-¿Vos funcionás como el servidor de Macri o de todos?

-Hay 20 sherpas. Pero el sherpa del Presidente es el que maneja la negociación y orienta la agenda, dado que el presidente Macri es el que lidera la cumbre.

-¿Qué sería éxito y qué fracaso para la presidencia argentina?

-El lema es "Construir consensos para el desarrollo equitativo y sostenible". Construir consensos es la cosa básica. En Hamburgo se quebró el consenso por primera vez en el G20, pero en un solo tema. Al estar energía y cambio climático juntos en Hamburgo, hubo una disidencia de Estados Unidos con respecto a los demás. Nosotros hemos separado los temas. Aunque están vinculados, no hace falta meterlos a todos en el mismo grupo… eso es una decisión estratégica. Porque por ejemplo, en temas de combustibles fósiles, todos queremos reducir emisiones de carbono. Algunos quieren reducirlo ya y la mayor parte no podemos. La Argentina hoy tiene en su matriz energética Vaca Muerta al tope. Obviamente lo vamos a hacer de la manera más limpia posible, pero no podemos darnos el lujo de decir que “esos recursitos no los vamos a usar”… El mundo, lamentablemente, funciona de otra manera. Y eso se ha ido entendiendo.

-¿Más allá de que haya o no documento final, la experiencia fue buena?

-No tengo la menor duda de que eso solo ya es una gran cosa. La percepción general es que la Argentina ha manejado esto bien. (No hablo de mi trabajo sino de los equipos) Y eso ha sido reconocido. Hemos tenido consenso en todos los temas. La declaración de ministros de comercio de Mar del Plata es el primer consenso sobre comercio desde 2012. En cambio climático hubo documento de consenso. Hubo una frase de prólogo de Sergio Bergman en que mencionaba el Acuerdo de París y los americanos lo aceptaron porque Bergman lo decía a titulo individual.

-¿Por qué es tan importante cada palabrita para que haya consensos?

-La palabrita es crucial. Si hay una palabra que le molesta a alguien, te impide llegar a acuerdos. Porque el G20 es fundamentalmente un mecanismo de diálogo. En este momento hay una frase complicada que es “Acuerdo de París”. Ellos (Estados Unidos) están fuera. ¿Entonces qué podés hacer? En el grupo de energía se usó una fórmula que habla de la importancia que tiene el Acuerdo de París en las cuestiones de las transiciones energéticas para todos los países comprometidos con su implementación.

-¿Y en comercio qué “palabritas” complican?

- Lo que está complicando al comercio son las “medidas proteccionistas” que no son solo de Estados Unidos y “las prácticas comerciales desleales” que no son solo de los chinos. Pero a unos y a otros les molestan esas palabras. El desafío es si podemos encontrar otra palabra que no sea exactamente esa que los técnicos usan para poder continuar el diálogo. Para el mundo, si se pelean esos países, nos embromamos todos. Los indios tienen un refrán que dice que cuando se pelean o hacen el amor los elefantes, el que se embroma es el pasto que está abajo. Si vos generás las condiciones para que, en vez de pelearse, haya concordia, flujo y apertura de mercados, todos vamos a estar mejor.

-¿Por qué es tan importante para ellos esa palabrita?

-Porque consideran que usar esas palabritas es una manera de ponerles el dedo y acusarlos de que ellos son los responsables de ese conflicto. No sé si lo conseguiremos, pero si  podemos encontrar otra palabrita con la que puedan convivir….

-¿Tu trabajo es encontrar palabritas?

-Encontrar consensos, diálogo y facilitar que haya diálogo entre los países. La palabrita es una herramienta. Si vos encontrás la palabrita y el diálogo continúa, eso tiene un efecto muy concreto en la gente en la calle. El clima internacional mejora, mejora el comercio, el trabajo y las cosas que a la gente le interesan. En la presidencia argentina tenemos muy buenas posibilidades de consensuar y tener textos significativos en el 90% del texto. Ahora hay que trabajar en el 10% restante.

-Los temas que propuso argentina parecen lavados para los conflictos de hoy. ¿Por qué?

- Fueron sabiamente elegidos porque no hay problema ahí. Son temas centrados en la gente. A la gente en la calle el desacuerdo entre China, Estados Unidos y la Unión Europea por el acuerdo de París le preocupa poco. A la gente le interesa si va a tener laburo y que va a pasar con las maquinitas que están reemplazando a la gente clase media que era cajero de banco, empleado de correo. De eso nos estamos ocupando como presidencia.

-¿Ayuda que la Argentina no sea un país central para intentar resolver estos conflictos?

-Como nosotros no somos los principales actores… En una final del mundo, es mejor si el árbitro no es el que está peleando el mundial. Nosotros no estamos peleando centralmente en estos grandes temas porque no nos da el cuero para pelear a ese nivel. Pero eso te da la facilidad de que podés actuar como amigable componedor. Nosotros desde el primer momento buscamos consensos y declaraciones cortas. Sin siglas y que la pueda entender la gente en la calle.

-¿Qué le deja a la Argentina esta experiencia?

-La experiencia de que lo pudimos hacer. Si las cosas no salen no va a ser por falta de acción por la Argentina. Sino por intereses muy grandes de países grandes. Creo que vamos a tener documento. Soy optimista en eso. Y nos deja la experiencia de la coordinación con todos los ministerios, un G20 federal , participación con la sociedad civil. Y hacia afuera nos deja la imagen de que la Argentina está devuelta como un país de primera.

-Macri plantea una multilateralista en un mundo cada vez más cerrado. ¿Complicó eso a este G20?

-Lo complicó pero lo tenemos que defender. Para países medios como la argentina un mundo multilateral con reglas comunes a todos es fundamental.