Por diferentes razones, Juntos por el Cambio y Unión por la Patria tuvieron que llegar a la misma conclusión: parte del hartazgo que antes era canalizado y capitalizado “contra el otro” hizo el recorrido del bumerán y se transformó en un duro castigo.
Juntos por el Cambio
Subestimaron el escenario, al peronismo y a Milei. Su modo de ataque entre Larreta y Bullrich ha dejado secuelas, no solo en su dirigencia, también en un electorado que ve como la presidencia se escapa entre las manos (por culpa de sus líderes). Se concentraron en la interna, con un Macri zigzagueante, una confrontación sangrienta con heridos y procesos mal llevados que terminó en una serie de situaciones que no pueden ser rápidamente revertidas.
Unión por la Patria
El proceso para coronar al candidato fue errante. La mesa del Frente de Todos para despegarse de Alberto no llegó a buen puerto, Unión por la Patria fue solo un cambio de nombre porque no consiguió ninguno de los dos objetivos para lo que fue armado: ni relegar definitivamente al presidente, ni encolumnarse detrás de Massa.
Factores
No se puede tapar el sol con la mano dice el refrán, cuando “la plata no alcanza” no existen muchas explicaciones sobre la herencia K o M, el endeudamiento o desendeudamiento, la pandemia, ATP, IFE, la sequía, el FMI o las mil situaciones entendibles pero que una tras otra en 40 años ha llevado a la Argentina a una posición de fragilidad económica y debilidad política.
A las deudas pendientes se la suma una dirigencia que no ha podido, querido o sabido establecer lazos y consensos que permitieran avanzar en la gestión de procesos que arrojen resultados positivos
Y para colmo de males, quienes tuvieron grandes responsabilidades en demasiados momentos se desconectaron de las demandas ciudadanas y las demandas públicas.
- Excusas
- Desacuerdos
- Desconexión
- Incómodos
En este escenario Milei pudo sintonizar con el hartazgo y la necesidad de castigar a quienes fueron responsables y culpables de tantos años de fracaso en la gestión: la casta o sea los políticos.
Cómo sigue la cosa
Los frentes electorales recibieron un golpe certero, aún no han podido reponerse y continúan con la inercia de su campaña: Bullrich lanzó su gabinete, 50 políticos juntos en una mesa imperial. Massa propuso un bono para el salario formal (con una inflación que se espera mayor a dos dígitos) y se le plantan gobernadores e intendentes para no pagarlo, pareciera diagramado a pedir del libertario.
“La casta” no ha podido decodificar que el escenario cambió, que si no se modifica lo planeado colocarán indefectiblemente a Milei en la presidencia.
¿Por qué gana Milei?
Por tres razones fundamentales:
1.- El candidato de LLA sigue manejando la agenda
2.- Las coaliciones confrontan con él para llegar al Balotaje con el riesgo de quedar en el camino en las generales
3.- No hay propuestas de futuro llamativas de la casta para cambiar la dinámica del partido. Futbolísticamente se describiría como la falta de rebeldía antes el contexto y resultado adverso.
La libertad avanza “corre” a las coaliciones por los extremos. El acto de Victoria Villarruel por la memoria de "las victimas del terrorismo" lo demuestra. Un evento provocador, que recuerda a las viejas confrontaciones de la izquierda con la derecha, que no hace más que exponer tristemente a la dirigencia tradicional que cae en la trampa sin estrategia, sin discurso y sin propuestas de futuro
Con intrepidez y un poco de creatividad Milei les asalta la agenda, la impone con una facilidad que asombra: Dolarización, Fátima Flores, Canosa, Macri, víctimas de terrorismo, privatización de ríos, negación del cambio climático…
Gana Milei y sin reacción de las coaliciones se acerca a la presidencia sin prisa, pero sin pausa.
(*) Gabriel Slavinsky es psicólogo, consultor y analista político