El oficialismo convocó a sesión el lunes. Va a ser -como pasó en el verano- un debate largo que probablemente termine el martes. Hay apuro porque tienen que llegar a la media sanción antes del miércoles 1° de mayo donde la CGT va a movilizar fuerte. Va a ser un gesto político importante de autoridad por parte del Gobierno, que puede demostrar algo de muñeca política antes de un evento opositor que otra vez promete ser fuerte.
Si el Gobierno logra sancionarla este martes, después empieza un debate también largo en el Senado, que tiene sus reglas particulares.
*Los senadores van a querer tener por lo menos el mismo tiempo de discusión en comisiones que se dio en Diputados
*El peronismo tiene más presencia proporcional en la Cámara que en Diputados, por lo tanto más peso en el debate.
*La UCR tiene más presencia de legisladores críticos
*Hay un bloque fuerte de peronistas opositores no kirchneristas que no va a ser tan fácil de convencer
*Entre el dictamen de comisión y el tratamiento en el recinto debe haber 7 días
Todo eso complica las cosas para que la ley tenga sanción definitiva antes del 25 de mayo, fecha sindicada para el Pacto de Mayo. El presidente Javier Milei había atado la firma del acuerdo a que saliera la ley bases; está difícil.
Todo esto además, suponiendo que el Senado no quiera hacer cambios. En ese caso debería volver a Diputados con otro debate que consumiría por lo menos una o dos semanas más.
Pero el Gobierno entendió definitivamente la fragilidad que tiene en el Congreso. Y eso permitió avanzar en un diálogo abierto con sectores moderados de la oposición y avanzar en la aprobación de una ley realista. En el medio se perdieron 4 meses, que le hubieran permitido desarrollar de manera más eficaz sus planes.
A veces, en política menos es más. El Gobierno de Milei lo entendió. Más vale tarde que nunca.