Se trata de una iniciativa que incluye una recomposición de ocho puntos de los haberes jubilatorios por la inflación que se registró en enero pasado, que escaló al 20,6%. En aquel entonces, el Gobierno reconoció el 12,5% en aquel DNU.
A su vez, la oposición sumó -de forma anual- un adicional del 50% de la variación entre el RIPTE (promedio de los salarios) y el IPC para habilitar la posibilidad de mejorar las jubilaciones en contextos de crecimiento económico. Así el IPC no se convertirá en un techo para los haberes.
El oficialismo y el PRO no participaron de acuerdo
El acuerdo opositor se selló cuando el kirchnerismo permitió que en la votación perdiera su dictamen, que era el de mayoría. Esa primera votación arrojó 135 votos negativos frente a 99 afirmativos y 7 abstenciones.
Acto seguido, se pasó a votar el primer dictamen de minoría, elaborado por la UCR, Hacemos Coalición Federal e Innovación Federal, más moderado en su impacto fiscal. La votación arrojó 162 votos positivos, 72 negativos y 8 abstenciones, en su mayoría de la izquierda.
El oficialismo y sus aliados del PRO rechazaron la iniciativa opositora. Según argumentaron, impactará negativamente en el equilibrio fiscal que el Gobierno procura preservar.
Por su parte, los opositores indicaron que una parte del superávit fiscal se alcanzó por la licuación que sufrieron las jubilaciones y pensiones por efecto de la inflación, y remarcaron que su propuesta es “fiscalmente responsable”.
De acuerdo a la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC), de convertirse en ley esta iniciativa tendría un impacto fiscal del 0,43% del PBI.
La OPC informó que, al cierre del primer cuatrimestre, los haberes jubilatorios tuvieron una caída del 28,5% interanual en términos reales al cierre del primer cuatrimestre 2024. Las jubilaciones que superan el haber mínimo tuvieron una caída del 37%.