Irreconocible

En un país polarizado, Cristina se toma revancha y logra empujar a Macri al exilio del poder

Esteban Talpone
por Esteban Talpone |
En un país polarizado, Cristina se toma revancha y logra empujar a Macri al exilio del poder

Alberto Fernández acaba de ganar la batalla electoral con la que hasta hace apenas unos meses ni siquiera podía soñar. Pero su compañera de fórmula, Cristina Fernández, obtuvo el triunfo político con el que soñó cada uno de los días que transcurrieron desde el 10 de diciembre de 2015.

De este modo, el resultado electoral permite confirmar el éxito de la estrategia seguida por la ahora vicepresidenta electa, a partir de su decisión de correrse de la pelea por la primera magistratura y favorecer la unidad partidaria.

El otro factor decisivo fue el paso dado por el líder del Frente Renovador, Sergio Massa, al relegar su propia postulación y convalidar la coalición peronista que pasará a comandar los destinos de la Argentina.

Pero el triunfo del Frente de Todos no se explica tan sólo por la unidad peronista. También está sostenido en la crisis económica, traducida en recesión, crecimiento del desempleo y expansión de la pobreza.

En el mismo sentido, hay otras lecturas que deben ser hechas sobre el resultado de estas elecciones 2019.

En principio, hay que decir que la provincia de Buenos Aires tuvo una influencia determinante en el resultado final. Fernández alcanzó en ella un 52,05 % de los votos, contra 36,02 % de Macri.

Es en la provincia de Buenos Aires, dominada por Cristina, más que por Alberto, donde finalmente Mauricio Macri terminó perdiendo la presidencia de la Nación.

Y esto parece haber sido así por tres motivos: el impacto frontal de la crisis en este distrito, la insuficiente campaña llevada adelante por María Eugenia Vidal y la rebelión de muchos intendentes oficialistas que apelaron al corte de boleta.

El caso que ejemplifica esta situación es la tercera sección electoral, donde el Frente de Todos logro casi el 60% y el gobierno apenas algo más del 28.

En esta sección están La Matanza, la tierra de Verónica Magario, la vicegobernadora electa, donde la fórmula Fernandez-Fernández alcanzó el 64,55%.

También está Lanus, un feudo arraigado a la historia peronista, donde Macri perdió por casi 20 puntos, pero donde su intendente, Néstor Grindetti, ganó la reelección por más de 5.

Aun así, contra viento y marea, Macri logró a nivel nacional una remontada en la que no muchos creían y esto lo confirma como un jugador preponderante en los próximos años.

De hecho, ya se descuenta que asumirá la titularidad del PRO y trabajará para construir una nueva oposición, con Miguel Angel Pichetto y Elisa Carrió entre sus aliados principales.

Curiosamente, esto surge como una buena noticia para una transición que se presenta como muy complicada. Con más del 40% de los votos en la nación, Macri conserva el poder necesario como para timonear el barco en la tempestad hasta la entrega de mando.

Aunque empieza a irse como un Presidente derrotado en la gestión, logró evitar ser políticamente humillado.

Por último, hay que remarcar que este domingo se estableció en la Argentina un escenario de polarización política, con el peronismo aglutinado de un lado y una fuerza de centro-derecha que intentará reconstruirse y volver a crecer, del otro.

No hay lugar para terceras posiciones en el país de los próximos años. Y esto deberá ser materia de análisis. Lejos de dejar a la grieta de lado, la Argentina decidió pasar de la polarización social a la política.