Clima de distensión precaria en el poder

Sergio Massa ajusta errores no forzados en la comunicación de su plan y le saca la agenda a Alberto Fernández

Mientras Massa cree haber generado cierta tranquilidad, Flavia Royón, Malena Galmarini y Matías Tombolini tuvieron traspiés que deberán mejorar. ¿Por qué Cristina le tolera a Massa el ajuste que no le permitió a Guzmán?
Mariano Obarrio
por Mariano Obarrio |
Massa aprovechó su discurso ante el Council of Americas para recuperar centralidad y hacer un llamado a la oposición

Massa aprovechó su discurso ante el Council of Americas para recuperar centralidad y hacer un llamado a la oposición

Según pudo saber A24.com, en el equipo de comunicación de la Casa Rosada notaron que en los primeros anuncios claves del equipo de Massa se escaparon algunas tortugas. No hubo recriminaciones graves, pero sí avisos.

“No puede ser que la secretaria de Energía no conozca las boletas de luz”, señaló en la intimidad de la Casa Rosada un funcionario dedicado a la comunicación del Gobierno. Desde el equipo de la portavoz presidencial Gabriela Cerruti se transmitió la inquietud, sin dramatismos, al Ministerio de Economía. "Todos hablamos con todos", señalan.

Es por eso que ante la difusión periodística de una lista de famosos, políticos, empresarios y celebrities que reciben subsidios en sus tarifas de luz y gas fue la propia secretaria de Energía, Flavia Royon, quien salió a repudiar el hecho y luego lo hizo Cerruti. Dato sugestivo: la condena fue a periodistas y medios identificados con el kirchnerismo, como C5N y Página 12. Royón y Cerruti buscaron desligarse de esa operación deplorable de difundir datos personales privados.

"Esas cosas no pueden volver a pasar", señalan en el equipo del Presidente

En la conferencia de prensa del anuncio de recorte de subsidios, Royon fue consultada sobre dónde figuraba el consumo de kilovatios en la boleta de energía eléctrica y se excusó diciendo que al ser oriunda de Salta desconocía como eran las boletas en la Ciudad de Buenos Aires y en el conurbano. “Esas cosas no pueden volver a pasar”, transmitieron desde Balcarce 50. Royón tomó nota y admitió que la tomaron por sorpresa.

Pero en entre los traspiés, también Malena Galmarini, esposa de Massa y presidenta de Aysa, cayó en la volada. Al presentar los aumentos de tarifas en el servicio de agua, tardíos pero necesarios porque los costos de la empresa triplican los ingresos, Galmarini intentó maquillar el anuncio y dijo que no era un “aumento de tarifas” sino una “redistribución de subsidios”. El eufemismo también fue criticado en medios y redes sociales.

En las usinas comunicacionales de la Casa Rosada también hicieron llegar mensajes a Aysa: no aclares que oscurece. La gestión de Alberto Fernández y de Massa dan por descontado que pagarán un costo político serio en septiembre cuando empiecen a llegar las nuevas boletas de agua, gas y energía eléctrica a los usuarios.

Ahora La Cámpora se embandera con el ajuste, porque no queda otra

También La Cámpora, con el diputado Máximo Kirchner, a la cabeza, y el ministro del Interior, Eduardo “Wado” De Pedro, están resignados, tanto como la vicepresidenta Cristina Kirchner, a que el desgaste será duro pero todos se embanderan con el ajuste. “Es que no quedaba otra. Era esto o la debacle. Era Massa o el abismo. Ahora, hay una chance de remontar el barco, pequeña pero hay”, señalaron ayer voces de La Cámpora en la Casa Rosada.

En el libreto, ningún dirigente camporista hablará de "ajuste", pero defienden a Massa a capa y espada, a falta de dirigentes propios con chances de resurgir. Además, De Pedro prefirió ir a la comida con empresarios del Consejo de las Américas que a marchar a la Plaza de los Dos Congresos contra los formadores de precios. Hay un cambio de banderas.

“Si Massa saca a flote el barco, no solo será candidato presidencial en 2023, indiscutido, sino que rebautizaremos el Centro Cultural Kirchner y se llamara Centro Cultural Sergio Massa”, agregó irónico otro funcionario de La Cámpora en la Casa Rosada y que describió que existe abatimiento y pesimismo por el futuro inmediato en la tropa kirchnerista.

Poca claridad en los anuncios, la otra crítica

En las explicaciones de los aumentos de tarifas, quizás, también existió un déficit de claridad en las grillas de aumentos que fueron comunicadas. En rigor, pocos entendieron cuánto les tocará en el ajuste. Cuando lleguen las boletas a los usuarios habrá muchos cuestionamientos de distintos sectores políticos y desde la interna oficial.

El ex secretario de Energía Jorge Lapeña, presidente del Instituto General Mosconi, señaló a A24.com que "efectivamente nadie puede entender nada este aumento, creo que fueron confusos adrede". Así lo publicó en un hilo de Twitter:

https://twitter.com/LapenaJorge/status/1559945513243385856

"Sensaciones" contrapuestas, nunca son buenas consejeras

Otro traspié se lo imputaron a Matías Tombolini. El secretario de Comercio Interior también intentó suavizar hace unos días el impacto de la inflación. “Uno se fija en lo que aumenta más que la inflación, entonces te parece que todo aumentó más. Hay una cuestión de percepción que juega ahi”, señaló.

El eco en las redes sociales fue demasiado negativo, porque había jugado con la palabra “percepción” cuando el impacto de la inflación es muy real y está lejos de ser una “sensación”. La semana anterior la propia Cerruti había caído en la trampa cuando habló de una “sensación de estabilización” mientras el Indec informaba una inflación de 7,4% en julio.

“Salvando estos errores de comunicación, que alcanzan a unos y a otros, estamos tratando de remontar la cuesta. La situación está muy complicada y es cierto que no sabemos si podremos salir a tiempo para recuperarnos en 2023”, señalaron en el entorno del Presidente.

La agenda de gobierno en manos de Massa y no de Alberto Fernández

Admiten en los despachos “albertistas” que Massa le arrebató la agenda y la centralidad a Alberto Fernández de los anuncios políticos y económicos. Por caso, los discursos y los tuits de Massa tienen mayor difusión en los medios que los actos del Presidente, donde se dedica a cantar.

De hecho, el ministro de Economía utilizó su discurso de este jueves en el Consejo de las Américas, en el hotel Alvear, para enunciar sus próximas medidas y para convocar a la oposición a un acuerdo de políticas entre todas las fuerzas. Ya no eran medidas económicas las que expuso, sino una propuesta política pura y dura: un acuerdo político con la oposición.

“No tengamos miedo a dialogar", dijo Massa al exponer en el cierre de la cumbre de funcionarios y empresarios de origen norteamericano con filiales en la Argentina donde se repasó la agenda económica y política.

Luego, por tuit, Massa reforzó ese llamado y señaló: “Ese orden (económico) sólo se logra sentándonos en una misma mesa todos los sectores políticos, sociales y económicos, para buscar acuerdos que permitan el desarrollo nacional. Entendiendo que el presente y el futuro de la Argentina es mucho más importante que nuestras diferencias”.

Carrió había advertido a la oposición sobre el diálogo con Massa

Esta era la información que tenía la ex diputada y jefa de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, al denunciar la semana anterior a varios compañeros de Juntos por el Cambio por supuestas negociaciones con Massa. Carrió sabía que Massa iba a convocar a un acuerdo con la oposición y tenía información junto a Mauricio Macri de que existían conversaciones. Y por eso buscó cortar la operación desde el comienzo.

“Ahora se entiende por qué hablaba Lilita, nosotros nos vamos a oponer a un acuerdo con Massa”, señalan cerca de la líder de la Coalición. Tras las acusaciones de Carrió, ahora pocos dirigentes de Juntos por el Cambio se verán tentados a sentarse a la misma mesa de Massa, porque en el acto serían acusados de cómplices.

Massa tiene una premisa: centralidad y gestión

Pero eso no le importa al ministro de Economía, en cuyo entorno recitan: “centralidad y gestión”. Massa encarará ajustes que no les dejaron hacer al ex ministro Martín Guzmán. “Se perdió mucho tiempo con la pelea entre Alberto y Cristina, la pelea entre los dos nos mató, y ahora Cristina sabe que es la última bala, por eso apoya a Massa”, dijo un dirigente camporista.

Reveló también que entre la tropa propia, en los distintos sectores del peronismo, hay una fuerte decepción y nula esperanza de que la situación mejore para 2023. “¿Hasta qué punto nos dañó la insistencia en Guzmán cuando ya estaba terminado?”, le achacan en La Cámpora a Alberto Fernández.

Pero lo cierto es que Cristina Kirchner no le dejó hacer a Guzmán el ajuste tarifario que sí le tolera a Massa. “Es que Massa es político y habla con todos. Guzmán no hablaba”, se justifican. La vicepresidenta teme por su situación judicial: una condena en la causa vialidad complicaría las de Hotesur y Los Sauces, donde está complicado su hijo Máximo Kirchner.

“Guzmán era un ministro de la deuda y Alberto debió sacarlo antes. Pero la pelea entre los dos, Cristina y Alberto, impidió que se deshiciera del ministro por temor a perder el poder”, explicó otro funcionario que vivió de adentro las tensiones.

Ahora, presumen, ya no tiene tiempo para milagros, pero Massa aprovechará lo que pueda y le arrebató la centralidad y la agenda al Presidente y a Cristina Kirchner. Ahora, es su tiempo. A todo o nada.

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