Según se informó oficialmente, a partir del 1 de abril las facturas que no sean pagadas en el plazo acordado entre una MiPYME proveedora y una de las 1.300 empresas grandes receptoras de FCEM, ya sea por falta de fondos o porque no se haya informado una cuenta de pago, serán reportadas automáticamente en la Central de Facturas Impagas al Vencimiento.
Este mecanismo busca generar mayor certeza de cobro y dotar a las facturas de crédito electrónica de un funcionamiento similar a lo que sucede hoy con los cheques a través de la Central de Deudores.
Cuáles son las novedades
Desde el martes 12 de abril se modificará el importe mínimo para las FCEM deberá ser igual o superior a $299.555 (actualmente es de $195.698), de modo que los comprobantes que superen ese monto será obligatoriamente una factura de crédito.
“Nuestro objetivo como autoridad de aplicación es que las pequeñas y medianas empresas encuentren certeza de cobro de sus facturas y, a la vez, que tengan opciones para acceder a capital de trabajo de forma cada vez más simple y complementaria a todas las líneas de financiamiento que tiene la Secretaria”, subrayó Guillermo Merediz, titular de la Secretaría de la Pequeña y Mediana Empresa y los Emprendedores en un acto esta tarde.
“Este instrumento es, para nosotros, muy importante ya que siempre buscamos ampliar las opciones de financiamiento para las MiPYMES. Más crédito productivo es sinónimo de más crecimiento, más empleo, más desarrollo y más demanda de instrumentos en pesos”, manifestó por su parte el director del Banco Central de la República Argentina (BCRA), Diego Bastourre, durante el encuentro.
El potencial del sistema
El régimen de FCE ofrece ventajas para las empresas de menor tamaño ya que el titular de la deuda es la gran empresa no necesita garantía, disminuye el costo del financiamiento y no le consume el cupo de crédito disponible a la MiPYME con instituciones financieras.
Se trata de una herramienta que brinda oportunidad de financiamiento a las más de 230.000 MiPYMES proveedoras de grandes firmas en distintas cadenas de valor.
El mecanismo permite que, una vez que emitida la FCE, la empresa pueda optar por negociarla en el mercado de capitales tanto a través de un agente de depósito o a través de su home banking, una opción que se incorporó el año pasado en todos los bancos que manejan cuentas de empresas.
La cantidad de Facturas de Crédito Electrónica que utilizaron las pequeñas y medianas empresas como herramienta para financiarse y obtener capital de trabajo creció en el 2021 un 59%, al pasar de 3.121 a 4.953.
También se multiplicó en cuanto a los montos negociados: se incrementó en un 353%, totalizando $17.700 millones en el año, tanto para ser descontadas en el mercado de capitales, mientras que el 2022 inició con buenos números al negociarse en el MAV $1.284 millones entre enero y febrero, un 203% más que los mismos meses del año anterior.