El crimen que marcó para siempre al músico Fito Páez, el asesinato de su abuela y tía abuela, ocurrió el 7 de noviembre de 1986 en la ciudad de Rosario, mientras el artista se encontraba en plena gira por Brasil.
Celos y envidia, los sentimientos del ex compañero de Fito Páez que asesinó a su abuela y sus tías
El crimen que marcó para siempre al músico Fito Páez, el asesinato de su abuela y tía abuela, ocurrió el 7 de noviembre de 1986 en la ciudad de Rosario, mientras el artista se encontraba en plena gira por Brasil.
El crimen conmocionó a la sociedad rosarina y generó una gran expectativa en los medios de comunicación, quienes buscaron a toda costa dar con el culpable. Fito Páez decidió relatar ese hecho en la serie de Netflix que se estrenó el pasado 26 de abril que produjo Mandarina Contenidos.
Delia Zulema Ramírez de Páez y Josefa Páez, las dos mujeres que criaron a Fito junto a su padre, fueron encontradas sin vida junto a su empleada doméstica Fermina Godoy, quien además se encontraba embarazada. El marido de Fermina fue quien descubrió los cuerpos, mientras intentaba ingresar a la casa luego de no haber recibido respuesta al llamar a la puerta.
La noticia llegó a Fito mientras se encontraba en Río de Janeiro, destrozando su habitación de hotel al enterarse de la noticia. La investigación posterior a los crímenes barajó distintos sospechosos, incluyendo al propio Fito, quien fue vinculado con los femicidios tras encontrar marihuana en su casa.
Sin embargo, las joyas que pertenecieron a las abuelas de Fito y que fueron halladas un año después del crimen condujeron a la policía a Walter di Giusti, un joven de 23 años que había asistido a la misma escuela que Fito y era vecino de las víctimas. Di Giusti confesó haber asesinado a las tres mujeres y también fue vinculado con otros dos femicidios. Si bien en la serie no se dan precisiones, se presume que el joven tenía celos y envía hacia Fito y por tal motivo decidió matar a su familia.
La noticia de la detención del asesino trajo algo de alivio para Fito, quien había compuesto su siguiente disco, Ciudad de Pobres Corazones, mientras buscaba canalizar su enojo y dolor. La canción homónima del disco fue presentada poco antes de que se descubriera quién había matado a sus familiares.
El crimen de las abuelas de Fito Páez marcó para siempre al músico, quien definió esa época como "una época muy trash". La memoria de aquellos asesinatos lo persiguió durante años y se convirtió en un tema recurrente en su obra musical, demostrando que los artistas también están expuestos a los dramas más crueles de la vida.