2. Sofreír la cebolla: En otra olla o sartén amplia, calentar las dos cucharadas de aceite de oliva y saltear la cebolla picada a fuego medio hasta que esté transparente, sin dorarla.
3. Incorporar el arroz: Agregar el arroz (no se lava) y cocinarlo unos minutos hasta que los granos estén brillantes y ligeramente translúcidos. Si se usa vino blanco, este es el momento para incorporarlo y dejar que se evapore el alcohol.
4. Añadir el caldo de a poco: Con un cucharón, comenzar a incorporar el caldo caliente, de a poco, revolviendo constantemente. Es importante agregar el líquido de a poco, esperando a que se absorba antes de añadir más. Este proceso lleva entre 15 y 18 minutos.
5. Sumar el puré de calabaza: A mitad de cocción, agregar el puré de calabaza al arroz y mezclar bien para que se integre. Continuar con el proceso de cocción con caldo hasta que el arroz esté al dente, cremoso pero no pasado.
6. Finalizar con manteca y queso: Apagar el fuego y agregar la manteca y el queso rallado. Mezclar enérgicamente para que se forme esa textura clásica del risotto: cremosa, envolvente y suave. Salpimentar y sumar nuez moscada o hierbas si se desea.
Consejos útiles para que el risotto de calabaza salga perfecto
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El arroz ideal para risotto es el de grano corto y alto contenido de almidón. Si no conseguís arborio, podés usar doble carolina, pero el resultado será algo distinto.
Es clave que el caldo esté caliente durante toda la cocción, para no cortar la cocción del arroz.
Se puede reemplazar la calabaza por batata para otra versión con un dulzor distinto pero también muy sabroso.
El risotto de calabaza es la prueba de que con ingredientes sencillos se puede lograr un plato digno de restaurante. Ideal para una cena reconfortante, una comida en pareja o para agasajar a alguien sin complicarse, esta receta se suma como favorita para los días fríos. ¿Te animás a probarla?