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El informe judicial indicó que existe una coincidencia entre la letra de los manuscritos y la de la escritora.
A su vez, se sumaron nuevos actores al proceso: una prima lejana de Sarlo, Ernestina Susana del Río, se presentó como heredera colateral y también reclama su parte. Por otro lado, la Ciudad de Buenos Aires manifestó su interés en la herencia en caso de que se declare vacante, especialmente por el valor cultural del patrimonio de la autora.
La situación es compleja, ya que también involucra a Alberto Sato, la expareja de Sarlo, con quien tenía una separación de hecho pero no legal. Al comienzo fue excluido del proceso, pero luego volvió a ser tenido en cuenta como posible heredero.
Una prima, un ex marido y la Ciudad: quiénes reclaman la herencia
Más allá del departamento de Hidalgo, la herencia de Sarlo incluye otra propiedad en la calle Talcahuano, que era utilizado como estudio. En vida, la escritora manifestó su voluntad de donar todo el archivo cultural que guardaba allí -libros, manuscritos, fichas de investigación, recortes y documentos- al Centro de Documentación e Investigación de la Cultura de Izquierda (CEDINCI).
En la actualidad, la organización avanza en la conformación de una biblioteca con ese material, que incluye textos sobre Jorge Luis Borges, Roberto Arlt y otros autores clave.
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La esquela de Beatriz Sarlo.
La disputa ahora se traslada a los objetos culturales que estaban en el departamento de Hidalgo. La familia, amigos cercanos y su expareja sostienen que allí también había pertenencias de gran valor cultural que Sarlo habría querido donar. Sin embargo, con el inmueble aún en disputa judicial, el destino de esos bienes sigue siendo incierto.