Todos estos ingredientes son fáciles de conseguir y reflejan la simplicidad y calidad de la cocina italiana.
Paso a paso de la preparación
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Preparar los vegetales: picar finamente la cebolla y el ajo. Si se usan tomates frescos, escaldarlos, pelarlos y triturarlos.
Sofreír la base: en una cacerola grande, calentar el aceite de oliva y sofreír la cebolla y el ajo hasta que estén transparentes, evitando que se doren demasiado.
Agregar el arroz: incorporar el arroz y mezclar durante 1-2 minutos para que absorba los sabores del sofrito.
Incorporar los tomates: añadir los tomates triturados y cocinar unos minutos, removiendo constantemente.
Agregar el caldo progresivamente: añadir una cucharada de caldo caliente a la vez, removiendo constantemente y esperando a que se absorba antes de agregar más. Repetir hasta que el arroz esté al dente y tenga una textura cremosa, aproximadamente 18-20 minutos.
Finalizar con queso y condimentos: retirar del fuego, agregar el parmesano rallado, sal y pimienta al gusto. Mezclar suavemente.
Servir y decorar: colocar en platos individuales y, si se desea, decorar con hojas de albahaca fresca.
Consejos para un risotto perfecto
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La clave está en remover constantemente el arroz para liberar el almidón y lograr la textura cremosa.
Mantener el caldo caliente facilita que el arroz se cocine de manera uniforme.
Ajustar la cantidad de sal y pimienta al final permite controlar el sabor sin que se vuelva demasiado intenso.
Un plato versátil y reconfortante
El risotto de tomate puede servirse como plato principal o como acompañamiento de carnes y pescados. Su sabor fresco y su textura cremosa lo convierten en una opción ideal para reuniones familiares o cenas rápidas entre semana. Además, es un ejemplo perfecto de cómo la cocina italiana combina ingredientes simples para crear platos llenos de sabor.