Cómo se consume la ashwagandha
En el mercado se la encuentra en cápsulas, polvo, comprimidos o gotas, muchas veces como parte de fórmulas combinadas. La dosis varía según el producto, pero la mayoría de los estudios utilizan entre 250 mg y 600 mg por día de extracto estandarizado.
En general, la ashwagandha es bien tolerada. Pero como ocurre con cualquier suplemento, no es para todos.
No se recomienda durante el embarazo o la lactancia, ni en personas con enfermedades autoinmunes (como lupus o artritis reumatoidea) sin indicación médica.
Por eso, siempre se aconseja consultar con un médico o nutricionista antes de incorporarla a la rutina diaria, especialmente si ya se toman otros medicamentos o suplementos.
Si bien la ashwagandha se muestra como una opción interesante y natural para reducir el estrés y la ansiedad, no debe considerarse un reemplazo de los tratamientos médicos tradicionales.
Lo ideal es verla como una herramienta complementaria, que puede formar parte de un enfoque más amplio que incluya alimentación saludable, descanso, movimiento físico, terapia psicológica o medicina convencional cuando sea necesario.