La polémica que muchos sospechaban desde hace tiempo finalmente explotó. Lo que parecía una teoría conspirativa del mundo digital terminó siendo una realidad concreta, tangible y casi cinematográfica: la policía descubrió un búnker repleto de celulares, utilizados para inflar métricas de canales de YouTube y redes sociales. Un negocio millonario que operaba en las sombras y que ahora quedó al descubierto.











