La estilista aceptó. “Le contesto: sí, obvio, dale Stefi, ¿de qué tenías? Y me dice: rubia de 65 para ayer”, relató entre risas, dejando entrever el nivel de exigencia de la vedette.
Pero lo que prometía ser una colaboración de lujo terminó convirtiéndose en una pesadilla laboral. Según su testimonio, Stefy llegó al local, pidió cambios, exigencias, y se negó a pagar lo acordado cuando las cosas no salieron como esperaba.
“Le pido que se las retire, por favor, y me dice: ‘No, no me las quiero sacar porque no quiero estar sin pelo’. Le explico que yo no trabajo con ese tipo de mechas. Me dice tres horas sacándole las mechas. Le pongo todo el pelo. Era grueso, pero ella también tiene el pelo bastante detonado”, contó la emprendedora.
La tensión creció. “Cuando el pelo sea que quede natural, tiene que quedar igual que el pelo de ustedes, le expliqué. Me dice que sí, que después le hagamos un alisado. Se fue recontenta. Publicamos el video y ahí empezaron los problemas.”
Según relató, otras clientas la alertaron: “Espero que te sirva. Yo le hice un canje y tuve problemas”. Poco después, la historia se repitió. “Me dice, ‘La verdad que el pelo estaba un poco poroso’. Le propuse cambiarlo. Vino otra vez y me dice, ‘Ay, este pelo es más finito, no ocupa tanto volumen como el otro’. Le explico: ‘No, son diferentes, vos misma me pediste algo más finito’. Pero me dice: ‘Yo me quiero poner más cantidad’.”
Fue entonces cuando la estilista le recordó el costo real del trabajo: “Nuestro presupuesto es hasta 150 mechas, y eso vale un millón de pesos. Todo el mundo sabe lo que vale el pelo natural y la mano de obra. Uno como emprendedor dice: bueno, invierto, es publicidad.”
Pero, según ella, la influencer cambió de actitud. “Me dice, ‘Bueno, voy al baño’… y no volvió más. Le dije que no me gusta trabajar con esa energía, que si no le gustaba, le sacaba todo y listo. Pero se fue como si nada.”
Días después, asegura haber recibido un mensaje inesperado. “ Me manda un video arrancándose las extensiones. Me dice: ‘Este pelo lo alisaste, me acabo de bañar y tiene olor a formol’. Una semana después te bañaste. Si tuviera formol, te lloran los ojos al instante”, ironizó.
Luego, la supuesta víctima contó que recibió una especie de amenaza legal: “Me dijo que me va a poner un abogado. Yo cuando vi eso dije, ‘No, qué miedo, me muero’”, relató con sarcasmo.
La emprendedora aseguró que no piensa borrar sus publicaciones ni retractarse. “Yo con vos no trabajo más. Te mando un besito, que te vaya re bien”, fue su respuesta a la modelo.
Finalmente, lanzó un fuerte mensaje para otros profesionales: “Quiero ponerme en campaña con todos los emprendedores para que dejemos de hacer canje y de regalar nuestro trabajo. No nos regalemos más el tiempo ni la energía. Démonos valor.”