Fueron las estremecedoras declaraciones del padre de la periodista deportiva Lola del Carril, quien rompió el silencio con una confesión tan cruda como necesaria: “Fui a comprar droga con mi hija”, dijo Joaquín “el Flaco” en una entrevista con TN.
El fuerte mensaje de Lola del Carril a su padre, que confesó que la llevó a comprar droga con él cuando tenía 14 años. Enterate.
Fueron las estremecedoras declaraciones del padre de la periodista deportiva Lola del Carril, quien rompió el silencio con una confesión tan cruda como necesaria: “Fui a comprar droga con mi hija”, dijo Joaquín “el Flaco” en una entrevista con TN.
Sus palabras revelaron décadas de lucha contra las adicciones y un pasado cargado de dolor, vergüenza y redención. Pero lo que más conmovió a todos fue la respuesta pública de su hija, que eligió la empatía por encima del rencor, mostrando el apoyo y amor luego de haber superado aquellos momentos tan oscuros.
En su testimonio, el flaco —que durante años batalló contra el consumo— describió con total honestidad el infierno que vivió: “La droga, siempre se lo digo a los chicos, no discrimina ninguna clase social. Es un flagelo enorme. Es muy fácil entrar y muy difícil salir. Yo tuve 30 años, y como lo dijo Maradona, muchas veces termina siendo un infierno”.
El punto más fuerte llegó cuando relató uno de los momentos más oscuros de su vida: “Fui a comprar droga con mi hija. Y esto lo digo con mucha vergüenza. Cada vez que lo cuento me hace mucho ruido. No sé si será toda la vida, pero no puedo no contarlo. Ahí les muestro a los chicos lo que es una adicción: el dolor que uno puede hacerle pasar a lo que más ama en el mundo”.
El testimonio, rápidamente, se volvió viral y generó una ola de comentarios, entre ellos el de su propia hija. Lola, una de las periodistas deportivas más reconocidas del momento, compartió el video con un mensaje que emocionó a todos: “Me llena de emoción escucharte, papá. Me da mucho orgullo que hayas podido salir de ese infierno”.
Durante la entrevista, el Joaquín profundizó sobre los motivos que lo llevaron al consumo y el vacío que sentía desde la adolescencia: “Tenía una buena posición económica, iba a un colegio inglés, a un buen club, tenía amigos sanos, pero en mi casa no había diálogo. Yo tenía mucho vacío. Sufría déficit de atención y me iba mal. Eso me marcó una herida profunda”.
“Mis amigos me invitaban a comer asado y yo mentía diciendo que tenía otros planes. En realidad me quedaba solo consumiendo en mi casa. La droga te aísla”.
Cuando le preguntaron qué le diría hoy, con 55 años, a ese chico de 17 que empezó a consumir para sentirse querido, la respuesta fue desarmante: “Lo abrazaría. Siento que eso fue lo que me faltó. En mi familia hubo amor, pero me faltaron más abrazos. No todos los hijos somos iguales. A mí me faltó eso: caricia, contención”.