Según Pérez, su esposa ha sido víctima de varios intentos de extorsión a raíz de esta foto, lo que ha añadido una capa de angustia a la ya tensa situación. "Ella ha recibido intento de extorsión por esta imagen y nosotros no hemos querido acceder", afirmó con determinación, dejando claro que no cederán ante las presiones de aquellos que buscan aprovecharse de la situación.
El momento de la filtración no podría haber sido más inoportuno. Justo el mismo día en que se anunció la salida del entrenador Arturo Reyes del Junior y la llegada de César Farías como su reemplazo, la imagen comenzó a circular en las redes, atrayendo aún más la atención de los medios y los aficionados. La coincidencia ha contribuido a magnificar el impacto de la noticia, haciendo que el asunto trascienda más allá de lo personal y se convierta en un tema de discusión pública.
Hasta el momento, los medios de comunicación han optado por no divulgar la imagen en cuestión, respetando la privacidad de Pérez y su esposa, y manteniéndose dentro de los límites éticos y legales que rigen la profesión periodística.
Con esta declaración, Rafa Pérez busca poner fin a la controversia y desviar la atención hacia lo que realmente importa en su carrera: su desempeño en el campo y el futuro del Junior bajo la nueva dirección técnica de César Farías. Sin embargo, el incidente ha dejado una marca imborrable en la vida del jugador y su familia, recordándoles la vulnerabilidad de su privacidad en una era donde las redes sociales y la tecnología pueden convertir cualquier momento privado en un escándalo público.
Con información de El Universal de Cartagena