La desaparición de Benjamín había generado una intensa preocupación en la comunidad y en su madre, Soledad, quien había manifestado su temor de que el niño hubiera sido secuestrado por su propio padre. Según explicó, el hombre debía llevar al menor a la casa de su expareja el 28 de julio, pero nunca lo hizo. Esta situación activó la alerta de las autoridades y de los medios, que comenzaron una búsqueda exhaustiva.
Horas antes de que Benjamín fuera encontrado, Soledad había expresado su preocupación ante la posibilidad de que el padre del niño pudiera intentar salir del país con documentos falsificados. "No sabemos qué tipo de documentación fraguada puede haber conseguido, por eso estamos preocupados y tratando de alcanzar todos los niveles, todos los lugares del mundo, para prevenir y encontrarlos donde sea que lleguen", dijo la madre en declaraciones a la prensa.
Soledad también relató las dificultades que había enfrentado en su relación con el padre de Benjamín. Según indicó, aunque existía un régimen de visitas establecido desde hacía tres años, el hombre solía incumplirlo de manera recurrente. "Todo era muy difícil. Se demoraba dos o tres días, tenía ese tipo de actitudes, pero nada alarmante a este nivel", comentó.