Joaquín Levinton, líder de la banda Turf, vivió un momento crítico durante la madrugada del viernes: sufrió un infarto agudo de miocardio mientras estaba en un bar de Palermo, en la esquina de Dorrego y Conde.
El líder de Turf sufrió un infarto agudo de miocardio mientras se encontraba en un bar de Palermo durante la madrugada de este viernes.
Joaquín Levinton, líder de la banda Turf, vivió un momento crítico durante la madrugada del viernes: sufrió un infarto agudo de miocardio mientras estaba en un bar de Palermo, en la esquina de Dorrego y Conde.
Alberto Crescenti, titular del SAME, explicó que, minutos después de la medianoche, el músico sufrió “una descompensación cardíaca con intenso dolor precordial, hipotensión y sudoración”.
En ese marco, el referente de la salud en la Ciudad detalló que “con el equipo de hemodinamia del Hospital Fernández se procedió a su intervención y se destapó la obstrucción en una de las arterias”.
En declaraciones radiales, por último, Crescenti aseguró que el paciente “está fuera de peligro”.
Un infarto agudo de miocardio ocurre cuando una arteria que lleva sangre al corazón se bloquea de forma repentina, lo que provoca que una parte del músculo cardíaco deje de recibir oxígeno. Si no se trata a tiempo, puede generar daño permanente o incluso ser fatal.
Esta afección es una de las principales causas de muerte en todo el mundo y su riesgo más alto se encuentra antes de llegar al hospital, donde la mortalidad puede superar el 40%.
Sin embargo, una vez que el paciente es internado y recibe atención rápida, los tratamientos modernos permiten una recuperación eficaz y reducen significativamente las complicaciones.
El procedimiento que permitió salvar la vida de Levinton se conoce como angioplastia coronaria. Esta intervención consiste en introducir un catéter con un pequeño globo a través de la arteria de la muñeca o la ingle hasta llegar a la arteria bloqueada del corazón.
Una vez allí, el globo se infla para abrir el paso de la sangre y, en muchos casos, se coloca un stent, un pequeño tubo metálico que mantiene la arteria abierta. Es un procedimiento delicado que solo puede realizar un médico especialista en cardiología intervencionista y requiere de tecnología avanzada y rapidez para reducir al mínimo el daño al corazón.
El infarto suele manifestarse con dolor intenso o presión en el pecho, que puede irradiarse al brazo izquierdo, al cuello, a la mandíbula, a los hombros o a la espalda, acompañado de mareo, náuseas, sudoración y malestar general.
No siempre hay síntomas previos: en muchos casos, el infarto es la primera señal de enfermedad cardíaca; otras veces, aparecen molestias leves semanas o meses antes, como cansancio, malestar general o incluso molestias digestivas que pueden confundirse con problemas estomacales.
La mayoría de los pacientes logra recuperarse y retomar su vida habitual, aunque después de un infarto es fundamental incorporar hábitos saludables y someterse a controles médicos periódicos.
Los infartos son más frecuentes en personas con factores de riesgo como antecedentes familiares, edad avanzada, tabaquismo, hipertensión, diabetes o alteraciones en los niveles de colesterol.