El gran salto llegó en 2006, cuando protagonizó la película Yo soy la Juani, dirigida por Bigas Luna. Su interpretación de una joven de barrio que sueña con un futuro mejor no solo la catapultó a la fama, sino que también le valió una nominación al Premio Goya como mejor actriz revelación. Aunque no se llevó la estatuilla, la película le abrió definitivamente las puertas del cine español.
En los años siguientes, Echegui participó en producciones que dejaron huella, como Tocar el cielo, El menor de los males, 8 citas, La casa de mi padre, Katmandú, un espejo en el cielo y El patio de mi cárcel. Su carrera se caracterizó por una amplia variedad de registros, desde la comedia hasta el drama social, siempre con un magnetismo en pantalla que la distinguía de sus colegas.
Reconocimiento detrás de cámaras: su incursión como directora
Aunque la interpretación fue siempre el centro de su carrera, Verónica Echegui sorprendió en 2021 al dar un paso más allá. Se convirtió en directora, guionista y coproductora del cortometraje Tótem Loba, una pieza de terror que exploraba tradiciones populares españolas y cuestionaba la normalización de la violencia contra las mujeres.
El cortometraje no solo recibió elogios por su audacia temática y su pulso narrativo, sino que le otorgó uno de los mayores reconocimientos de su carrera: el Premio Goya al mejor cortometraje de ficción en 2022. En ese momento, la actriz subió al escenario emocionada, consciente de que se trataba de un logro trascendental en su vida artística.
Su discurso fue breve, pero cargado de fuerza: agradeció a su equipo y dedicó el premio a quienes luchaban contra la violencia de género. Ese instante confirmó su lugar no solo como intérprete, sino también como creadora comprometida con causas sociales.
Una vida marcada por el amor y la discreción
En lo personal, Echegui fue conocida por mantener un perfil bajo, aunque su relación con el actor Álex García se convirtió en una de las más admiradas del espectáculo español. Ambos se conocieron en 2010, durante el rodaje de la película Seis puntos sobre Emma, y desde entonces comenzaron una historia de amor que se extendió por 13 años.
Seis años después, en 2016, volvieron a coincidir en la comedia romántica No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas, donde nuevamente compartieron protagonismo. La complicidad que mostraban en pantalla reflejaba también la solidez de su vínculo fuera de los reflectores.
Uno de los momentos más recordados de su relación ocurrió durante la gala de los Goya 2022, cuando Echegui, tras recibir el galardón por Tótem Loba, le dedicó unas emotivas palabras: “Mi amor, cuánto me alegro de crecer a tu lado. Te amo”. Ese gesto fue celebrado por sus colegas y aplaudido por el público.
Sin embargo, en 2023 trascendieron rumores de crisis y finalmente la pareja confirmó su separación, aunque siempre mantuvieron el respeto mutuo.
Los últimos meses de Verónica Echegui
En los meses previos a su fallecimiento, Verónica había reducido notablemente su actividad pública. En redes sociales, sus últimos posteos datan de junio de 2025, cuando promocionaba la serie cómica A Muerte, considerada su último trabajo actoral.
Según distintas fuentes, la actriz estuvo ingresada en el Hospital 12 de Octubre de Madrid durante varios días, mientras recibía tratamiento por el cáncer que finalmente se llevó su vida. Sus allegados y compañeros de profesión destacaron que enfrentó la enfermedad con entereza y discreción, siempre rodeada de sus seres más cercanos.
La noticia de su muerte generó una oleada de mensajes de despedida en redes sociales. Actores, directores, guionistas y fanáticos expresaron su dolor y recordaron no solo su talento, sino también su generosidad y calidez humana.
Un legado difícil de olvidar
Con apenas 42 años, Verónica Echegui ya había construido una trayectoria que muchos intérpretes tardan décadas en alcanzar. Su capacidad para conectar con el público, su valentía para abordar temas incómodos y su talento innegable la convirtieron en una figura querida dentro y fuera de la industria.
Yo soy la Juani seguirá siendo recordada como la película que la presentó al mundo, pero títulos como Katmandú o El patio de mi cárcel mostraron su versatilidad y compromiso con el cine social. A su vez, Tótem Loba quedará como testimonio de una creadora que no se conformó con ser actriz, sino que también buscó dejar un mensaje transformador a través de la dirección.
Su muerte abre un vacío en el cine español, pero también deja un legado artístico y humano que seguirá inspirando a nuevas generaciones de actores, directores y guionistas. Como señalaron sus colegas en los homenajes tras conocerse la noticia, “Verónica se fue demasiado pronto, pero su arte será eterno”.