Expertos de la Agencia neerlandesa del Patrimonio Cultural (RCE) señalaron que las medidas coinciden exactamente con los registros disponibles y que “no hay razón para pensar que sea una copia”, aunque solo un análisis del reverso podría confirmarlo de manera definitiva.
Los herederos de Goudstikker, que en 2006 lograron recuperar 202 piezas tras un extenso litigio con el Estado neerlandés, ya anunciaron que reclamarán el retrato, identificado como el de la condesa italiana Colleoni. “Mi búsqueda de las obras de mi suegro comenzó a finales de los noventa y no la he abandonado hasta hoy. El objetivo de mi familia es recuperar cada pieza robada de la colección y restaurar su legado”, declaró Marei von Saher, de 81 años.
La RCE advirtió que, si las actuales propietarias se niegan a entregarlo, el caso podría derivar en un prolongado proceso judicial. Paralelamente, investigadores de la misma agencia hallaron en redes sociales de las hijas de Kadgien otra pintura atribuida al neerlandés Abraham Mignon, un bodegón floral también reportado como desaparecido, aunque su procedencia exacta aún se encuentra bajo estudio.