Las garrapatas, esos pequeños parásitos que se asemejan a insectos pero están más emparentados con las arañas, emergen con fuerza en primavera. Con ocho patas y una voracidad por la sangre de animales de sangre caliente, estos minúsculos enemigos se vuelven un problema recurrente para los perros. Pero no todo está perdido: la solución podría estar más cerca de lo que pensamos, en la forma de una humilde planta.













