El verdadero truco está en salir de lo predecible.
Muchos creen que se trata solo de suerte, pero los que estudian las estadísticas del Quini sostienen que hay patrones que conviene evitar y otros que sorprendentemente aumentan las chances:
No elijas solo números bajos: la mayoría apuesta entre el 1 y el 31 (por los días del mes). Incluir números altos te diferencia del resto.
Mezclá pares e impares: las combinaciones balanceadas suelen tener mayor presencia en los sorteos ganadores.
No sigas secuencias típicas: 1-2-3-4-5-6 es una jugada tan común como inútil. Miles de boletas iguales están esperando el milagro imposible.
Los números que más veces salieron: el 39, el 21 y el 04 aparecen con frecuencia en las estadísticas históricas.
Los olvidados: el 45 y el 46, sorprendentemente, son poco elegidos, lo que los convierte en opciones interesantes para destacarse.
Parece un mito, pero quienes trabajan dentro de las agencias coinciden en algo: los grandes ganadores suelen ser los que juegan a último momento. Según explican, comprar el boleto en los minutos previos al cierre del sorteo no cambia las probabilidades matemáticas, pero sí suele relacionarse con los testimonios de quienes se llevaron la gloria.
Detrás de cada ganador hay cientos de miles de boletas perdedoras. Sin embargo, lo que pocos saben es que el Quini reparte más de lo que muchos imaginan en premios secundarios. La clave no siempre es soñar con el pozo más grande, sino aprender a jugar de forma estratégica, acumulando pequeñas victorias que pueden servir de trampolín.
Si realmente querés tener una oportunidad en el Quini, lo primero que debés hacer es dejar de jugar como todos los demás.