“Los invito al sector intermedio a retirar las maletas para guardar en este momento sus pertenencias”, concluyó el comunicado que se leyó en el espacio común.
Pero se trató todo de un reto: Si bien todos los concursantes del sótano tomaron sus cosas, prepararon las maletas y se despidieron del resto de la casa para desfilar hacia la puerta grande, apunto de salir, se escuchó la voz del dueño de casa anunciando que habían superado el desafío que les dieron.
Producto de su gran actuación, los integrantes del equipo perdedor de la semana ganaron una cena y comida suficiente para afrontar los días restantes hasta la próxima prueba física, que se disputa cada martes.