Netflix causa furor con esta serie española de alta carga sexual y emocional. La protagoniza Úrsula Corberó, son ocho capítulos y tiene escenas subidas de tono.
Úrsula Corberó brilla en Netflix con la serie española más vista y apenas tiene 8 episodios.
El cuerpo en llamas se ha convertido en un fenómeno global dentro del catálogo de Netflix. Desde su estreno, esta producción española de 2023 ha sido elogiada por su intensidad narrativa y la notable actuación de Úrsula Corberó, quien interpreta a Rosa Peral, una agente de policía involucrada en un oscuro caso real.
La serie parte de un hecho verídico: el asesinato de un agente de policía en Barcelona en 2017. Su cadáver calcinado fue encontrado en el interior de un vehículo abandonado en el pantano de Foix. Lo que parecía ser un crimen aislado terminó por destapar una trama de relaciones cruzadas, traiciones íntimas y violencia estructural dentro del propio cuerpo policial.
Netflix apostó fuerte por este título. Y acertó. Con apenas ocho capítulos, de entre 45 y 50 minutos cada uno, la producción dirigida por Jorge Torregrossa mantiene una tensión permanente. No hay respiro entre episodio y episodio. Se percibe un ambiente opresivo, angustiante y lleno de dobles caras. El punto más inquietante: todo ocurrió realmente.
La trama de El cuerpo en llamas comienza con el hallazgo de un coche incendiado. En su interior, se encuentra un cadáver irreconocible. Pronto se descubre que se trata de Pedro Rodríguez, un agente de policía que mantenía una relación sentimental con Rosa Peral, otra agente del cuerpo de los Mossos d'Esquadra.
Las primeras sospechas recayeron sobre Rosa y su ex amante, Albert López, también policía. A medida que avanza la investigación, tanto en la vida real como en la ficción, se destapan audios, mensajes, conflictos pasionales y manipulaciones que estremecen por su verosimilitud y crudeza.
La serie no se limita a dramatizar los hechos. Se adentra en los juegos de poder, las estructuras internas de la policía catalana y cómo los vínculos personales pueden terminar contaminando incluso el entorno institucional. Todo esto se expone con una crudeza que impacta más cuando se recuerda que cada personaje tiene un correlato real.
Conocida por su interpretación de Tokio en La casa de papel, Úrsula Corberó demuestra en El cuerpo en llamas una versatilidad notable. Su versión de Rosa Peral transmite contradicciones humanas profundas: fragilidad, seducción, frialdad y una intensidad emocional que obliga al espectador a replantearse constantemente de qué lado está.
