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Vivir en un país dolarizado: la historia de un ex jugador de fútbol que vive en en El Salvador

El ex futbolista reveló los secretos de cómo es vivir en un país con la economía dolarizada y que nos puede pasar si sucede eso en nuestro país. Enterate. 
Vivir en un país dolarizado: la historia de un ex jugador de fútbol que vive en en El Salvador

Mario Velázquez emigró del país cuando tenía 20 años soñando con consagrarse en un club de fútbol del extranjero. Primero había probado suerte en Defensa y Justicia, Colón de Santa Fe y desde ahí partió a Honduras.

Estuvo en equipos de Costa Rica y de El Salvador, donde decidió quedarse a vivir y se instaló desde hace 30 años allí: puso una parrilla y hace unos meses sumó una escuela de fútbol infantil.

Pero, tras la pandemia de coronavirus viró el negocio decidió solo hacer caterings y poner un puesto de fijo de venta de porciones para llevar: el menú más económico cuesta 6 dólares, unos 4368 pesos al cambio de dólar blue.

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Esto es así porque la economía del Salvador está dolarizada desde el 2001 Velázquez contó que la transición fue “dramática”, pero luego se “ordenó” y da más “previsibilidad porque no hay inflación”, dijo a La Nación.

Llegué cuando había una ofensiva militar contra la guerrilla. Era un miércoles y estuve un mes encerrado en el hotel. Escuchaba las balas, veía las luces de los carros. Venía de Costa Rica. Fue una vivencia muy fuerte. Salí del país y regresé tres años después”, recordó.

Jugó al fútbol, tiene 4 hijos y decidió meterse en el mundo gastronómico: “Por ser argentino, en los equipos donde jugué siempre hacía asado para compartir -describe-. Veía que gustaba. Cuando me retiré me empezaron a llamar para eventos. La gente busca el asado argentino”.

“La moneda era la local y después se dolarizó. Fue difícil la situación, dramática al principio, con mucha pérdida de poder adquisitivo. Hoy se niveló, la ventaja del dólar es que no hay mucha inflación, se puede hacer un presupuesto a tres meses”, contó.

Sobre su otro proyecto, el de la escuela de fútbol, contó: “Vienen de familias sin muchos recursos, pero es necesario apostar al deporte, a un cambio de ideas, de cultura. Lo hacemos ahora aprovechando que cesó la lucha contra las pandillas juveniles y hay más seguridad”.

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