La investigación que lo terminó condenando se inició en 2012, a partir de una denuncia de su ex pareja. Verónica estuvo diez años en pareja con Montolivo, entre 2000 y 2010. "Era un tipo muy violento, no de manera física pero si violencia psicológica. Pero nunca me imaginé que podía hacer una cosa así", le cuenta Verónica a A24.com.
Después de haberse separado, su hija tuvo problemas con las drogas y se internó en una clínica para rehabilitarse. Esa adicción fue la punta del iceberg. En el tratamiento con los psicólogos apareció la historia del abuso sexual al que era sometida por la pareja de su mamá, desde los 8 a los 15 años. Cuando lo pudo contar se inició la investigación y el juicio.
Dos años después, en agosto de 2014, el Tribunal Oral N°10 lo condenó a 8 años de prisión por "abuso sexual gravemente ultrajante, cometido en reiteradas ocasiones y agravado por la situación de convivencia". Para la justicia, el testimonio de M. fue claro y contundente, avalado por todos los psicólogos que la habían atendido.
Montolivo apeló en primera instancia y la sentencia fue confirmada por la Sala II de Casación. La última carta la jugó ante la Corte Suprema de Justicia, con un "recurso de queja". En mayo del año pasado, la cara de Montolivo apareció en Interpol. Su tiempo se había agotado, pero él ya no estaba.
"En enero se fue del país, con el recurso ante la Corte hizo tiempo para arreglar cómo se iba a fugar", le dice a A24.com Verónica, su ex pareja. "Nunca lo fueron a buscar, ni siquiera le allanaron la casa". Según pudo reconstruir A24.com, para conseguir recursos Montolivo vendió parte de su colección de discos, uno de sus tesoros más preciados.
Para las víctimas de este caso no queda mucho que esperar: la última vez que fueron al tribunal para ver si había novedades les dijeron que el expediente ya había sido archivado. Denunciaron también movimientos en las cuentas de Ebay que Montolivo compartía con su ex, pero no pasó nada.
"No quiero dudar de la buena fe del Tribunal, ellos actuaron muy bien durante el juicio y cuidaron siempre a mi hija. Pero que Montolivo este libre sigue siendo un problema de la Justicia, porque no se trata de emitir la sentencia y ya. La burocracia impidió que emitieran una orden de captura cuando salió la resolución de la Corte y mientras apelaba nunca le prohibieron la salida del país", dice hoy Verónica.
"Alguien lo tiene que estar bancando, tengo algunas sospechas de quién puede ser. Su delirio siempre fue vivir en Londres o algún otro lugar de Europa. A mi hija le marcó la vida, nunca va a ser lo mismo para ella. Y a mi la culpa no me la saca nadie", concluye.