Como es de prever, superar el desafío de llamar al soporte técnico y tener éxito con el reclamo es una misión casi imposible. En consecuencia, los sancionados, casi todos adolescentes millennials, entran en un estado de pánico al quedar imposibilitados de seguir hablando con sus contactos/amigos, al menos desde el mismo número telefónico.
La moda, y también sus consecuencias, llegó finalmente a la Argentina. Sobre todo en la Capital Federal, WhatsApp ya decidió bloquear cientos de cuentas.
Juan Pablo es alumno de un colegio industrial de la Ciudad de Buenos Aires. Su madre relata: “El otro día llegué a casa y me dijo que le tenía que comprar un chip de teléfono nuevo, porque el suyo estaba bloqueado. Le pregunté, preocupada, que pasó. Y me contó que, para hacer una broma, alguien le puso como título al grupo de chat algo vinculado con la pedofilia”.
Este joven contactó a la compañía y le aclararon a través de un mensaje breve que ese tipo de “prácticas” no estaban permitidas. “Cuando él quiso volver a preguntar, no recibió más respuesta”.
“Luego –relata esta madre- comprobamos que el nombre del grupo era ‘child porn’”.
Casos similares se registraron en otras partes del mundo, como en España, donde se bloqueó masivamente el uso a miembros de un grupo relacionado con una discoteca, que utilizaba la herramienta para relaciones públicas. En ese país se ha bloqueado un promedio de 250.00 cuentas cada mes, en lo que va de 2019.
La empresa reconoció lo que está pasando y explica que sus políticas de confidencialidad y seguridad son muy estrictas. “Tolerancia cero”, describen.
El nombre de los usuarios y de los grupos, como así también las imágenes de portadas, están entre los datos más controlados por WhatsApp. De mismo modo pasa con el uso que hace la gente de la aplicación, ante prácticas restringidas como el envío de mensajes masivos. Pero no sucede lo mismo con los contenidos, ya que éstos están cifrados de extremo a extremo.
Esto implica que la compañía no accede a lo que se habla entre dos usuarios particulares o en un grupo, pero sí puede acceder a información sobre tráfico de mensajes.
La información con la que cuenta la compañía está más vinculada con el comportamiento de los usuarios que con el contenido de los mensajes, según afirman.
Por otra parte, los controles se reforzaron luego de los problemas que la Facebook tuvo en varios países por el uso de datos particulares con fines de influencia electoral.
Los especialistas, por sobre todas las cosas, recomiendan que los padres presten mucha atención a los que los jóvenes hacen con sus teléfonos celulares y que prediquen entre ellos el uso responsable de las comunicaciones de este tipo.