“Se ha cercado el lugar, no se dejan pasar vehículos ni peatones. El tránsito está completamente interrumpido”, relató la periodista Paula Wilberger en la transmisión de A24. En las imágenes, se pudo ver cómo los últimos colectivos lograban salir del área mientras se cerraba el acceso con vallas. Incluso se observó a un bus turístico clásico que debió modificar su recorrido habitual por el centro porteño.
Refacciones interminables y tránsito colapsado
La situación se agrava porque el corredor de Juan B. Justo, una de las arterias más importantes para el transporte público, ya venía parcialmente cerrado por las obras en el Metrobús. Las refacciones, que llevan meses, redujeron el número de carriles disponibles, lo que generó un cuello de botella constante en el tránsito vehicular.
“Ya es un caos la zona, en general con el tránsito vehicular. La pérdida de los carriles del Metrobús, que obliga a los colectivos a circular por los carriles normales, genera todavía más congestión”, explicó Luis Novaresio al aire.
Con el incidente, la circulación quedó completamente bloqueada y los embotellamientos se extendieron rápidamente hacia calles aledañas como Santa Fe, Fitz Roy y Carranza, obligando a miles de automovilistas a desviar sus trayectos.
La llegada de los equipos de emergencia
Pocos minutos después del inicio del operativo, arribó al lugar Alberto Crescenti, titular del SAME, junto a varias ambulancias para asistir en caso de intoxicaciones o emergencias médicas derivadas de la fuga.
“Eviten la zona, desvíen antes de llegar a Juan B. Justo y Paraguay. Si vienen del norte, lo mejor es doblar en Santa Fe y tomar Fitz Roy o Carranza”, recomendó Novaresio en la transmisión.
El personal de Metrogas fue el encargado de trabajar sobre la cañería afectada para identificar el origen de la pérdida y realizar la reparación. Mientras tanto, los bomberos desplegaron un perímetro de seguridad para impedir el paso de personas y vehículos.
Riesgos y preocupación vecinal
El temor de los vecinos no se limitó al olor a gas que invadió la zona. La presencia cercana de una estación de servicio a dos cuadras y de un jardín de infantes encendió las alarmas, ya que un escape de estas características puede tener consecuencias graves si no se controla a tiempo.
“Acá tenemos el sanatorio, el jardín, el polo científico y a la vuelta la estación de servicio. No es un lugar cualquiera. Cualquier chispa podría haber sido peligrosa”, comentó un vecino que observaba el operativo desde la vereda.
Afortunadamente, no se registraron heridos ni intoxicados, aunque el operativo de seguridad se mantuvo durante varias horas para garantizar que la fuga quedara completamente controlada.
Las refacciones del Metrobús en el ojo de la tormenta
El incidente también reavivó la polémica sobre las obras de refacción del Metrobús de Juan B. Justo, que llevan varios meses y han sido cuestionadas por comerciantes y vecinos de la zona.
“Hace mucho tiempo que está vallado y no se sabe bien cuándo van a terminar los trabajos”, explicó Wilberger. “El tránsito ya estaba desbordado antes de este episodio. Ahora directamente es imposible”.
Los cortes afectan no solo a Palermo, sino también a quienes ingresan desde la zona de Villa Crespo, Chacarita y Caballito, ya que Juan B. Justo funciona como un corredor clave de conexión con el norte y el oeste de la Ciudad.
El impacto en la movilidad porteña
El caos vehicular generado por el escape de gas dejó en evidencia la fragilidad del sistema de transporte en la Ciudad de Buenos Aires cuando se interrumpe un corredor central.
Los colectivos que habitualmente circulan por el Metrobús debieron desviarse hacia carriles comunes, lo que produjo retrasos de hasta 40 minutos en algunos recorridos. Los taxis y autos particulares también sufrieron las consecuencias, mientras que las aplicaciones de tránsito colapsaban con advertencias de “zona roja” en Palermo.
El recuerdo de otros escapes de gas
Este tipo de incidentes no son aislados en la Ciudad. En los últimos años se registraron al menos tres escapes de gas de magnitud en distintos barrios porteños: uno en Caballito, otro en Flores y uno más en Belgrano.
En todos los casos, la intervención rápida de bomberos y Metrogas evitó tragedias mayores, aunque cada episodio sirvió para reavivar la discusión sobre la antigüedad de las cañerías y la coordinación entre empresas de servicios y contratistas de obras públicas.