Una localidad quedó conmocionada en las últimas horas tras conocerse un caso que involucra el robo y faena clandestina de un caballo, cuya carne luego fue ofrecida en bolsas a los vecinos de un barrio.
Un hombre de 46 años fue sorprendido mientras vendía carne sin habilitación en bolsas de arpillera. El insólito origen del producto.
Una localidad quedó conmocionada en las últimas horas tras conocerse un caso que involucra el robo y faena clandestina de un caballo, cuya carne luego fue ofrecida en bolsas a los vecinos de un barrio.
El acusado, identificado como E.E.R., de 46 años, fue sorprendido por la Policía Rural y Ecológica cuando intentaba vender cortes equinos de manera ilegal en el barrio Narciso Vega, en Gobernador Virasoro, Corrientes. El hecho no sólo puso en evidencia una práctica delictiva vinculada al abigeato, sino que también abrió un debate sobre los riesgos sanitarios que conllevan este tipo de maniobras fuera de todo control oficial.
La historia comenzó cuando un vecino del barrio Narciso Vega observó a un hombre que recorría las casas ofreciendo carne en bolsas de arpillera. El detalle que encendió las alarmas fue que el producto no tenía ninguna certificación ni procedencia clara. Ante la sospecha de que podía tratarse de carne de dudosa procedencia, el vecino decidió dar aviso a la Policía.
Los efectivos de la Unidad Especial de Seguridad Rural y Ecológica montaron un operativo inmediato y sorprendieron al hombre en plena venta clandestina. Entre sus pertenencias llevaba una bolsa con lo que resultó ser una paleta entera de un animal faenado.
La carne fue decomisada y sometida a pericias. Horas después, los resultados confirmaron que se trataba de carne de caballo. A partir de allí, la investigación policial se aceleró y los agentes llegaron hasta un predio en las afueras de la localidad, donde encontraron los restos del animal faenado.
El detalle macabro fue que al cuerpo del equino le faltaba justamente la paleta que el sospechoso intentaba comercializar en el barrio. La coincidencia terminó de sellar la imputación.
La investigación logró identificar a quién pertenecía el caballo gracias a un chip de rastreo implantado en el animal. Ese dispositivo permitió determinar que el equino era propiedad de I.M., un vecino que había denunciado su robo días antes.
La utilización de chips de rastreo es una práctica que gana cada vez más terreno en Corrientes y otras provincias del Litoral, donde los casos de abigeato afectan tanto a pequeños productores como a grandes estancieros.
El fiscal de turno ordenó la detención inmediata de E.E.R., quien fue trasladado a la Comisaría Tercera de Gobernador Virasoro, donde permanece alojado. Sobre él pesa ahora una causa por abigeato, delito contemplado en el Código Penal argentino y que castiga con severidad el robo y la faena ilegal de ganado.
Fuentes policiales confirmaron además que el detenido posee antecedentes en delitos similares, lo que refuerza la hipótesis de que se trata de un reincidente.
El abigeato es un delito que afecta principalmente a zonas rurales y se relaciona con el robo de animales de campo, generalmente vacunos o equinos, para su posterior faena y venta ilegal. En Argentina, la legislación establece penas que van de los dos a los ocho años de prisión, dependiendo de la cantidad de animales sustraídos y de la participación de bandas organizadas.
El caso de Gobernador Virasoro se enmarca dentro de esa figura, ya que el acusado no solo robó el animal, sino que además lo faenó de manera clandestina, exponiendo a la población a riesgos sanitarios por consumo de carne no controlada.
El caso generó preocupación en la comunidad no solo por el delito en sí, sino también por las consecuencias que podría haber tenido para los vecinos que compraron carne sin saber su origen. La faena clandestina implica la ausencia de controles veterinarios, lo que puede derivar en riesgos de zoonosis, parásitos o enfermedades transmitidas por animales.
En Corrientes, como en otras provincias del norte argentino, las autoridades sanitarias han advertido en varias oportunidades sobre la necesidad de adquirir carne únicamente en comercios habilitados y evitar cualquier tipo de compra informal.
Si bien este caso se hizo visible por la denuncia vecinal, no es un hecho aislado. En Corrientes y provincias vecinas, la Policía Rural y Ecológica realiza operativos permanentes contra el abigeato, un delito que suele aumentar en épocas de crisis económica, cuando la carne se encarece y los delincuentes ven una oportunidad de negocio ilegal.
Los productores rurales, especialmente los pequeños, reclaman más controles en rutas y caminos vecinales, ya que la faena clandestina y el robo de animales generan pérdidas económicas significativas y un fuerte impacto en la cadena productiva.
Desde la Policía de Corrientes destacaron la colaboración ciudadana en este caso. “La rápida denuncia del vecino permitió detener al sospechoso y evitar que la carne faenada siguiera circulando”, explicaron voceros oficiales.
Por su parte, la Fiscalía de Gobernador Virasoro confirmó que la investigación sigue abierta y que no se descarta que el acusado haya tenido cómplices en la faena del animal.