Las conclusiones de las pruebas de laboratorio complicaron a Subway, no solo porque no es atún lo que había en esos sándwiches, sino que, aún peor, no pudieron probar el origen del pescado en los sándwiches.
"O está procesado tan fuertemente que cualquier cosa que pudiéramos obtener, no pudo hacerse una identificación. O tenemos algo y no hay nada allí que sea atún", afirmó un vocero del laboratorio al periódico estadounidense.
Para realizar las pruebas, una periodista del NYT compró "más de 60 pulgadas de sándwiches de atún Subway" de tres tiendas de Los Ángeles y luego contrató a un laboratorio especializado en pruebas de pescado. La cadena vende los sándwiches por pulgadas en Estados Unidos, mientras que en Argentina lo hace en centímetros, con las opciones de 15 o de 30. En total, habría comprado unos diez sándwiches pequeños, o cinco grandes.
El NYT señaló en su artículo que la lista de mariscos compilada por la Administración de Drogas y Alimentos de Estados Unidos (FDA) define que hay 15 especies de pescado que pueden etiquetarse como atún.
Según Subway, en sus sándwiches utilizan atún listado y rabil, especies que el laboratorio en cuestión podría haber detectado. "No había ADN de atún amplificable en la muestra, por lo que no obtuvimos productos de amplificación del ADN", explicó el estudio. "Por lo tanto, no podemos identificar la especie", concluyeron.
La demanda acusa a Subway de fraude, tergiversación intencional y enriquecimiento ilícito. Alega que los demandantes fueron "engañados para que compraran alimentos que carecían por completo de los ingredientes que razonablemente pensaban que estaban comprando", según muestran los documentos judiciales a los que accedió la revista People.
Fuente: BAE Negocios