Día de furia en un colegio: qué hicieron 115 estudiantes para quedar libres tras un festejo escolar
Los alumnos fueron sancionados con 20 amonestaciones. Las familias reclaman que las sanciones son desproporcionadas y piden que se individualicen responsabilidades.
Más de 100 alumnos fueron sancionados en Mendoza con 20 amonestaciones por destrozar el colegio al que asisten.
El Colegio Santa María, ubicado en el departamento mendocino de Godoy Cruz, amaneció este martes con una postal inusual: decenas de padres reunidos en la puerta, esperando explicaciones por las severas sanciones impuestas a más de un centenar de estudiantes de quinto año.
La tensión creció desde temprano, luego de que circularan imágenes de los destrozos que siguieron al festejo del último día de clases, ocurrido el pasado 29 de noviembre.
Embed
El móvil de A24 que cubría el caso describió la escena con precisión: un grupo numeroso de familias, preocupadas, formaba fila para ingresar al establecimiento. No habían sido convocados por la escuela, sino que, al ver la magnitud de las sanciones, decidieron presentarse por voluntad propia para reclamar criterios más equitativos en los castigos.
Una celebración que terminó en caos
El conflicto comenzó durante el festejo del UUD, el llamado “último último día”, una tradición extendida en los colegios secundarios del país. Durante la jornada, los alumnos de quinto año realizaron juegos, bromas y celebraciones, pero la situación se desbordó cuando las autoridades les negaron el permiso para faltar al día siguiente, algo que algunos cursos habían tomado como tradición en años anteriores.
Ese disgusto derivó en una reacción masiva, y un grupo de estudiantes comenzó a arrojar papeles, carpetas, basura escolar, a patear puertas, volcar mobiliario y a causar daños en diferentes aulas. Las imágenes difundidas muestran salones completamente desordenados, escritorios rotos y elementos escolares destruidos.
El Consejo Escolar calificó los hechos como “una seria alteración del orden institucional”. Y la respuesta disciplinaria no tardó en llegar.
Colegio destrozos Mendoza 1
Más de 100 alumnos fueron sancionados en Mendoza con 20 amonestaciones por destrozar el colegio al que asisten.
La sanción: 20 amonestaciones y pérdida de regularidad
La Universidad Champagnat emitió la Resolución N°065-REC-2025, en la que se detalla el castigo para los involucrados. 115 estudiantes fueron identificados como participantes de los destrozos y recibieron, cada uno, 20 amonestaciones, el máximo permitido.
Según el Reglamento de Convivencia del colegio, acumular 20 amonestaciones implica la pérdida automática de la regularidad, lo que obliga a los alumnos a rendir todas las materias como libres.
La sanción, una de las más severas registradas en la institución, generó una fuerte reacción entre las familias, muchas de las cuales sostienen que el castigo no distingue niveles de responsabilidad.
Colegio destrozos Mendoza 3
Más de 100 alumnos fueron sancionados en Mendoza con 20 amonestaciones por destrozar el colegio al que asisten.
El reclamo de los padres
“Reconocemos los daños, reconocemos que hubo exceso; pero no todos hicieron lo mismo”, expresaba uno de los padres mientras esperaba ser recibido.
La queja central es que la institución habría decidido “meter a todos en la misma bolsa”, sancionando de igual manera a estudiantes que participaron activamente en los destrozos y a otros que, según sus familiares, solo arrojaron papeles o se limitaron a presenciar lo ocurrido.
Los padres explicaron que dentro del grupo de 115 alumnos hay un subgrupo minoritario que realizó las acciones más graves. Sin embargo, el colegio decidió aplicar un criterio uniforme y masivo, sin diferenciar conductas.
La preocupación es enorme: quedar libre en diciembre implica reprogramar exámenes, preparar coloquios y, en algunos casos, arriesgar la continuidad del ciclo lectivo.
El plan de reparación obligatorio
Colegio destrozos Mendoza 2
Más de 100 alumnos fueron sancionados en Mendoza con 20 amonestaciones por destrozar el colegio al que asisten.
Para evitar que los alumnos pierdan el año, la institución dispuso un plan de reparación que deberá cumplirse entre el 12 y el 18 de diciembre, en horario matutino. Las actividades incluyen:
Limpieza profunda de instalaciones.
Tareas de ambientación para ingresantes 2026.
Talleres de reflexión sobre convivencia.
Un desayuno institucional con el personal de limpieza y mantenimiento, al que deberán asistir con cartas de disculpas redactadas de puño y letra.
Pero eso no es todo. En febrero, todos los alumnos deberán rendir y aprobar un coloquio obligatorio sobre normas de convivencia, responsabilidades estudiantiles y reglamento escolar. Sin esa aprobación, no se reduce ninguna sanción.
Una única posibilidad de reducción
La resolución contempla un único beneficio: si los estudiantes cumplen sin fallas el plan de actividades, las amonestaciones podrán reducirse de 20 a 14, un número que aún representa una sanción severa, pero que permite mantener la regularidad.
Para acceder a esa reducción, deberán cumplir condiciones estrictas:
Asistencia perfecta.
Puntualidad obligatoria.
Uniforme completo.
Prohibición total de celulares.
Cero incidentes disciplinarios adicionales.
Con un solo incumplimiento, el beneficio queda anulado inmediatamente y los estudiantes deberán afrontar las consecuencias completas: perder el año y rendir todo como libres.
Los costos de los daños: a cargo de las familias
La Universidad Champagnat informó que el Área de Mantenimiento, el Departamento de Sistemas y la Facultad de Informática y Diseño están realizando un inventario de los daños ocasionados. Entre los perjuicios más relevantes se encuentran:
Roturas de mobiliario escolar.
Daños en instalaciones eléctricas y edilicias.
Destrozos de producciones académicas y tecnológicas.
Expresiones agraviantes dirigidas a autoridades y docentes.
El costo total será imputado a las familias correspondientes, según el reglamento institucional. La Tesorería incluirá los montos en las facturas mensuales, sin excepciones.
En el colegio, silencio institucional y malestar creciente
Mientras los padres se organizaban en grupos de diez para ingresar a reuniones con las autoridades, el clima en la puerta del colegio era de malestar y desconcierto. Muchos aseguraron sentirse sorprendidos por la dureza de la resolución y pidieron que el colegio revise caso por caso, en lugar de aplicar una sanción colectiva.
Hasta el momento, la institución no emitió un comunicado público adicional. La decisión final quedará en manos de la rectoría y del Consejo de Convivencia.