Caos en Zona Sur

Escuelas de Lanús sufren amenazas de bomba hace 6 meses: clases interrumpidas y padres desesperados

Un grupo de padres y alumnos de diferentes escuelas de Lanús se ven afectados por amenazas de bomba constantes desde y reclaman acciones de las autoridades.

Amenazas de bomba en escuelas de Lanús: los padres exigen respuestas ante los reiterados casos

Amenazas de bomba en escuelas de Lanús: los padres exigen respuestas ante los reiterados casos

La comunidad educativa de Lanús Este vive momentos de tensión y preocupación debido a las reiteradas amenazas de bomba que se suceden a diario en las escuelas del distrito. Las evacuaciones constantes y la falta de respuestas efectivas por parte de las autoridades generaron un clima de malestar entre padres, docentes y vecinos.

Se trata de 5 colegios afectados, entre ellos, la EP 6, Secundario NRO 28, Francisco Ramírez, Alfonsina Storni y el Jardín Rosario Vera Peñaloza. La problemática se hizo presente en un foro vecinal local, donde los padres dieron testimonio de lo que está ocurriendo en las escuelas lanusenses.

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Las amenazas afectan tanto a jardines maternales como a escuelas primarias y secundarias. Los padres denuncian que esta situación altera gravemente la rutina escolar y familiar, ya que deben retirar a sus hijos del colegio y esperar en una plaza cercana hasta que se complete el operativo de seguridad.

La comunidad educativa exige una investigación exhaustiva para identificar al responsable de estas amenazas. Se sospecha que podrían ser estudiantes intentando evitar exámenes o pruebas.

La situación es especialmente crítica para los niños más pequeños del jardín maternal, quienes requieren mayor atención y no pueden permanecer al aire libre durante largos períodos, especialmente en invierno.

Esta problemática puso en jaque no solo a la comunidad educativa, sino también a las autoridades municipales y judiciales, que parecen no encontrar una solución efectiva.

Las denuncias, según indicaron vecinos y padres, están en manos de la UFI N° 8, pero el problema persiste. La división de explosivos de la policía se ve obligada a registrar cada vez el lugar, evacuando el edificio y generando un enorme gasto de recursos sin poder identificar el origen de las llamadas.