MEMORIA

Guerra de Malvinas: los hechos más importantes para entender el conflicto

Un repaso por los antecedentes y los hechos políticos más relevantes que marcaron un antes y un después en la historia de nuestro país.
Guerra de Malvinas: los hechos más importantes para entender el conflicto

El 2 de abril es una fecha siempre presente para la historia de la Argentina. Desde 1982, el conflicto armado que enfrentó a la Argentina con Gran Bretaña, en una contienda impulsada por el gobierno de la Junta Militar (1976-1983), marcó a fuego la historia reciente de nuestro país.

A continuación, un repaso por los antecedentes que explican el lugar preponderante que ocupan estas islas en el imaginario popular argentino, así como de los hechos políticos que derivaron en la Guerra de Malvinas.

Las Islas Malvinas antes de la guerra

Con la Declaración de Independencia de 1816 y por el principio del derecho internacional uti possidetis (como poseías, poseerás), los territorios que para ese entonces estaban bajo dominio de la corona española, pasaron a ser propiedad del flamante Estado argentino.

Desde el inicio de su proceso de emancipación, la República Argentina ejerció su soberanía sobre estos archipiélagos y espacios marítimos a través de diversos actos de gobierno que incluyeron la designación de autoridades, la toma solemne de posesión de las Islas Malvinas en nombre de las Provincias Unidas del Río de la Plata y el primer izamiento de la bandera argentina en ese prometedor suelo.

Sin embargo, el 3 de enero de 1833, las Islas Malvinas fueron ilegalmente ocupadas por fuerzas británicas que desalojaron a la población y a las autoridades argentinas allí establecidas, reemplazándolas por súbditos británicos.

Las Islas Malvinas son parte de la Plataforma Continental Argentina

Según la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (CONVEMAR), cada país tiene derechos de soberanía sobre los recursos marinos hasta las 200 millas, pero este límite puede extenderse en los recursos del lecho y el subsuelo hasta más de las 350 millas marinas si se comprueba científicamente que se trata de una prolongación natural del territorio bajo el mar.

En 1997, Argentina creó la Comisión Nacional del Límite Exterior de la Plataforma Continental (COPLA), con el objetivo principal de demarcar hasta dónde se prolonga naturalmente el territorio bajo el mar. Después de 12 años, COPLA logró establecer el nuevo límite marítimo argentino y lo presentó ante Naciones Unidas.

Allí, un grupo de expertos creado por la CONVEMAR reconoció la controversia con el Reino Unido por su ocupación ilegal de las Islas Malvinas y del Atlántico Sur, y aprobó el límite presentado por la Argentina en la zona del continente americano.

Finalmente, después de más de dos décadas de trabajo, en 2020 se aprobó la Ley 27.557, que demarca la Plataforma Continental Argentina y define el límite más extenso de la Argentina, asegurando los derechos de soberanía sobre los recursos naturales del lecho y el subsuelo.

Una parte de ese límite está reconocido por la comunidad internacional, pero la parte de las Islas Malvinas sigue en suspenso porque está ilegalmente ocupada por el Reino Unido.

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Mapa bicontinental de la Argentina.

Mapa bicontinental de la Argentina.

La dictadura militar y la Guerra de Malvinas

El 24 de marzo de 1976 asumió a través de un golpe cívico militar el presidente Jorge Rafael Videla, dando inicio a la etapa más oscura de la historia argentina con la desaparición forzada de 30.000 personas.

El ministro de Economía de ese entonces, José Alfredo Martínez de Hoz, anunció un programa económico que trajo consecuencias terribles para la Argentina. Hacia 1981, la burbuja financiera de Martínez de Hoz estalló y empujó a Videla todavía un poco más a su renuncia. Finalmente, el 29 de marzo de ese año, Videla dejó su cargo y en su lugar asumió otro general, Roberto Viola.

Sin capacidad para contener la debacle económica, Viola fue reemplazado en diciembre de 1981 por Leopoldo Galtieri, un miembro de la Junta Militar con fluido contacto con la Casa Blanca de Estados Unidos que se propuso levantar la imagen del gobierno, que para ese entonces ya estaba muy debilitada por las denuncias internacionales por violaciones a los derechos humanos.

Galtieri necesitaba recobrar el apoyo de la sociedad argentina y así fue que puso en marcha su estrategia más arriesgada. El 2 de abril de 1982, las tropas argentinas llegaron a Puerto Argentino (Stanley, según la toponimia inglesa), Islas Malvinas. Tras un breve combate, tomaron el control del lugar y la bandera argentina volvió a flamear en ese territorio.

"Compatriotas, hemos recuperado, sin rencores, pero con la firmeza que las circunstancias exigen, las islas australes que integran por legítimo derecho el patrimonio nacional", anunció Galtieri ante una Plaza de Mayo colmada de gente que festejó la maniobra.

A ocho días del desembarco argentino en las Islas Malvinas, la Junta Militar de Gobierno convocó a otra manifestación en Plaza de Mayo, en apoyo a la acción bélica realizada. En aquel discurso, Galtieri sintetizó en una frase tristemente célebre la disposición de su gestión a usar la fuerza en caso de no prosperar las negociaciones de paz: "Si quieren venir que vengan, les presentaremos batalla".

Mientras en Argentina se celebrara, el gobierno británico conservador de Margaret Thatcher movilizó una expedición militar a gran escala hacia las Islas Malvinas. Dicha acción contó con el apoyo de Ronald Reagan, el flamante presidente de los Estados Unidos, que era un supuesto "aliado" de Galtieri.

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Leopoldo Galtieri durante su fatídico discurso en Plaza de Mayo en abril de 1982.

Leopoldo Galtieri durante su fatídico discurso en Plaza de Mayo en abril de 1982.

El hundimiento del General Belgrano y el fin de la guerra

El 2 de mayo de 1982, el submarino nuclear Conqueror disparó tres torpedos sobre el crucero General Belgrano, que se encontraba navegando fuera de la Zona de Exclusión definida por los británicos. El resultado fue 323 soldados argentinos muertos.

Las tropas británicas eran ampliamente superiores a la argentinas en combate y en armamento. Sin embargo, nuestros soldados defendieron sus posiciones con valor a pesar de la falta de entrenamiento y de recursos.

Tal y como sucedió con el Mundial de Fútbol de 1976, el sentimiento nacional empezó a ser manipulado por los medios de comunicación, que relataban la guerra como si estuviéramos ganando. La sociedad argentina entera se vio movilizada por el heroísmo de los jóvenes combatientes y desde el gobierno militar se organizaron colectas solidarias para enviarles víveres y hasta dinero, pero nunca llegaron a destino.

Tras 74 días de combate, las tropas británicas recuperaron el control de las Islas Malvinas. Lamentablemente, 649 soldados argentinos murieron en el campo de batalla, y se estima que otros 300 se suicidaron después. La guerra finalizó el 14 de junio de 1982.

La derrota sepultó cualquier aspiración de Galtieri de reivindicar la imagen de la Junta Militar, y se vio obligado a renunciar. En su lugar asumió Reynaldo Bignone, también militar, pero sin el apoyo de la Fuerza Aérea ni de la Armada.

La adhesión popular que el gobierno de facto había conseguido con la momentánea recuperación de las Islas Malvinas se diluyó rápidamente. Un clima de cambio se vivía en las calles argentinas y Bignone tuvo que anunciar el llamado a elecciones en los últimos días de 1982, que devendría en el retorno de la democracia de la mano Raúl Alfonsín.

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