Terrorismo

Informe final del Mossad: quién fue la pieza clave en el atentado a la Embajada de Israel

Según el informe final de Mossad, un terrorista de Hezbolá tuvo un rol fundamental en el atentado de la Embajada de Israel.
Informe final del Mossad: quién fue la pieza clave en el atentado a la Embajada de Israel

Informe final del Mossad: quién fue la pieza clave en el atentado a la Embajada de Israel

El último sábado se conoció una publicación del The New York Times en el que revelaban información del Mossad, la agencia de inteligencia israelí, sobre los atentados perpetrados en la Embajada de Israel y la sede de la Amia.

Según la mentada publicación periodística, ambos "fueron llevados a cabo por una unidad secreta de Hezbolá", que no contó con colaboración de "ciudadanos argentinos ni asistidos en el terreno por Irán".

Israel confirmó el informe

Apenas dos días después, el director del Centro Nacional de Diplomacia Pública de Israel, Lior Haiat, confirmó la autenticidad del informe del Mossad difundido por The New York Times pero ratificó que Irán "está detrás" de los ataques y que esos datos "ya los conocen los que están involucrados en la investigación".

El funcionario dijo que "no hay ningún cambio; se publicó este informe pero no hay ningún cambio y son datos conocidos por los que están involucrados" en el caso.

Hussein Suleiman Abu-Abbas: el hombre clave en los atentados

Para que se pudieran perpetrar los atentados, fue fundamental la participación de un terrorista identificado como Hussein Suleiman Abu-Abbas. Este hombre fue el responsable de ingresar al país desde Beirut los detonadores.

Según reveló el periodista Román Lejtman en el sitio web Infobae, la publicación estadounidense al igual que el informe del servicio inteligencia israelí cometieron “uso erróneo del concepto ‘explosivos’”. Sin embargo, Hussein Suleiman Abu-Abbas sí participó del ingreso al país de los explosivos y también de los detonadores en paquetes de chocolate y frascos de shampoo.

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Los explosivos los habría ingresado en una valija de manos en un vuelo comercial desde Beirut hasta la Argentina, mientras que para los iniciadores lo hizo vía Brasil y escondidos. A fines de 1991, según el mentado informe, el terrorista de Hezbollah viajó a Foz de Iguazú donde recibió los mentados detonadores.

En 2001, tras ser detenido en El Líbano, Suleiman Abu-Abbas confesó haber escondido los detonadores en el Parque Centenario, más precisamente cerca de una “piscina decorativa” y en una profundidad de medio metro.

También, puntualizó en que su llegada al Parque Centenario fue en un taxi al que le indicó dónde iba con un papel y el destino escrito en español. El informe del Mossad precisa que estos detonadores habrían sido usados no sólo en el atentado a la Embajada de Israel en 1992, sino también en el de la sede de la AMIA en 1994.