A pesar de que la celebración nace en un país de Europa, en Argentina existen miles de seguidores que en agosto de todos los años se acercan hasta sus santuarios con elementos religiosos.
Qué tradiciones se realizan por San Cayetano en agosto
La Ciudad de Buenos Aires es dueña del santuario más importante a San Cayetano y las celebraciones que se realizan incluyen misas, procesiones, ferias y eventos culturales, algo que ya es una tradición. Los fieles acuden con velas, estampas y otros objetos religiosos como muestra de fe.
Ahora bien, si de tradiciones se trata, una de las más arraigadas es la peregrinación al santuario de Liniers en la que miles de personas caminan para pedirle favores o agradecerle a San Cayetano. Al mismo tiempo, es común que los devotos preparen comidas para compartir.
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San Cayetano: quién fue y por qué se celebra el 7 de agosto
San Cayetano de Thiene fue un sacerdote italiano del siglo XVI con reconocimiento por su caridad y el compromiso con las personas más necesitadas. Fue fundador de la Orden de los Teatinos que se dedicaba a la predicación y a las obras de misericordia. Toda su vida estuvo marcada por la defensa hacia los que menos recursos tenían y la lucha por la justicia social. Estos valores lo convirtieron en un referente, aunque, también lo fue para las generaciones siguientes. Se celebra el 7 de agosto y esa fecha fue elegida porque fue en la que falleció.
Con el paso de los años se convirtió en el patrono del pan y el trabajo y su imagen se asocia con la provisión de bienes necesarios para vivir de manera digna y la obtención de un empleo estable. Es por eso que miles de fieles acuden a los santuarios dedicados a él para pedir y agradecer.
Qué significado tiene San Cayetano en Argentina
Con el paso del tiempo, San Cayetano trascendió las fronteras italianas y fue llegando a diferentes países del mundo, entre ellos, Argentina. Su figura se convirtió en un símbolo de esperanza para los habitantes de esta tierras, sobre todo, para aquellos que buscan trabajo trabajo, pan y techo sobre todo en momentos de crisis económica y social.
La devoción hacia este santo trasciende las creencias religiosas y se ha convertido en una expresión de la identidad nacional. Representa los valores de solidaridad, justicia social y esperanza, que son compartidos por millones de argentinos.