El problema radica en que los frutos secos son uno de los alérgenos más peligrosos y comunes en el mundo. Una persona con alergia a nueces o almendras podría sufrir desde una reacción leve hasta una anafilaxia, cuadro que pone en riesgo la vida y requiere atención médica urgente.
La FDA emitió una alerta advirtiendo sobre la presencia de almendras y nueces no declaradas en los envases. Aunque no se registraron casos de intoxicación, la recomendación fue clara: no consumir el producto y devolverlo al comercio donde fue adquirido para recibir el reembolso correspondiente.
Cómo identificar el lote afectado
El helado retirado puede reconocerse con facilidad si se revisa la tapa del envase. El lote comprometido corresponde al código 061027524, producido en la planta de Blue Bell en Brenham, Texas.
La distribución alcanzó a 17 estados de EE. UU., entre ellos: Alabama, Arkansas, Georgia, Indiana, Illinois, Kansas, Kentucky, Luisiana, Mississippi, Missouri, Nuevo México, Oklahoma, Tennessee, Texas y Virginia.
Por eso, las autoridades pidieron a los consumidores revisar cuidadosamente sus heladeras y, en caso de dudas, contactar directamente a la empresa.
Qué hacer si compraste este helado
Las recomendaciones para quienes adquirieron el producto son claras:
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No consumirlo bajo ninguna circunstancia si se tiene alergia a frutos secos.
Revisar el código de lote impreso en la tapa.
Devolverlo al comercio para obtener un reembolso.
Contactar a Blue Bell Ice Cream a través de su línea de atención al cliente o del correo electrónico habilitado para consultas.
La empresa aseguró que reforzará los controles de calidad y el proceso de etiquetado para evitar que este tipo de incidentes vuelva a repetirse.
Las consecuencias de consumir alérgenos no declarados
Los expertos advierten que incluso una pequeña cantidad de nueces o almendras puede desatar una reacción severa en personas sensibles. Los síntomas más frecuentes incluyen:
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Picazón en boca y garganta.
Dificultad para respirar.
Dolor abdominal y vómitos.
Erupciones cutáneas graves.
En casos extremos, la reacción puede evolucionar hacia un shock anafiláctico, que requiere tratamiento inmediato con adrenalina y asistencia hospitalaria.