Argentina ganó una copa tras 28 años y su victoria trajo un lado B que preocupa a los epidemiólogos: reuniones y festejos masivos sin protocolos. El monumento a la Bandera en Rosario, ciudad santafesina de donde es oriundo Lionel Messi, el Obelisco, y las principales plazas del país se cubrieron de argentinos el sábado a la noche.