El ataque contra la vida de la vicepresidente, Cristina Kirchner, es investigado por la jueza federal María Eugenia Capuchetti como "homicidio calificado en grado de tentativa".
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El ataque contra la vida de la vicepresidente, Cristina Kirchner, es investigado por la jueza federal María Eugenia Capuchetti como "homicidio calificado en grado de tentativa".
En este marco, la magistrada ordenó esta madrugada allanamientos, cruces de llamados entre la línea telefónica del detenido y otros, además de la pericia sobre su teléfono.
El detenido, identificado como Fernando Sabag Montiel, pasó la noche alojado en una dependencia de la Policía Federal ubicada en la calle Cavia 3350, del barrio porteño de Palermo.
Según se informó, prestará declaración indagatoria una vez que el juzgado cuente con los resultados de todas las medidas de prueba dispuestas, que incluyeron un allanamiento a su domicilio y otros lugares de interés para la causa.
En tanto, la entrada del juzgado de Capuchetti permanecía hoy bajo custodia policial mientras la magistrada estaba reunida con los dos fiscales que trabajan en el caso, Carlos Rívolo y Eduardo Taiano.
Esta mañana, al menos ocho personas que se manifestaban anoche frente a la casa de Cristina Fernández de Kirchner prestaron declaración testimonial ante la jueza.
Uno de los testigos del hecho -llamado Javier- declaró que Fernando André Sabag Montiel llegó a "gatillar dos veces" a escasos centímetros de la cabeza de la Vicepresidenta.
En declaraciones a la prensa en Tribunales luego de declarar en el juzgado, el testigo contó que “estaba formando parte del cordón” de militantes.
“Cristina viene hacia a mí, me acaricia y por la altura de arriba de mi hombro, veo que se asoma un brazo con un arma. Veo la figura del arma, pero no logro ver qué arma era. Retrocede y ahí yo me doy vuelta y lo agarro”, relató.
Al ser consulado sobre si el detenido le dijo alguna frase a la Vicepresidenta, contestó: "No escuché nada. Pero sí se escuchó que gatilló. Para mí, gatilló dos veces".
En la sede del juzgado ubicado en el tercer piso de Comodoro Py 2002 comenzó, además, a peritarse el teléfono celular del detenido y se analizaban todos sus mensajes y comunicaciones.