Desde el Gobierno aseguraron que el congelamiento del nivel de consumo en supermercados que, según el Indec, se registró en marzo pasado es una "circunstancia" y que no habría motivos para creer que se podría convertir en tendencia.
Desde el Gobierno aseguraron que el congelamiento del nivel de consumo en supermercados que, según el Indec, se registró en marzo pasado es una "circunstancia" y que no habría motivos para creer que se podría convertir en tendencia.
Por otro lado, distintas empresas y consultoras advirtieron que comienzan a crecer los efectos de la inflación que se acumula.
El último jueves, la vocera presidencial, Gabriela Cerruti, aseguró que en el Gobierno "no hay ninguna preocupación" por el estancamiento de la actividad en los comercios, una postura diferente a la que muestran los privados ante la misma situación.
Los últimos números del Indec sostienen que la economía se contrajo en marso pasado 0,7% mensual, en tanto que se estima que en abril podría lograr un apunte de apenas 0,5%.
“Hoy es difícil determinar a qué niveles se podrían llegar, pero lo que se ve es una tendencia negativa tanto en el consumo como en la actividad", sostuvo a la agencia NA el economista Lorenzo Sigaut Gravina, de Analytica.
Esto responde, según los especialistas, en que las últimas mediciones "se hicieron contra meses de mayor contracción en algunos sectores", a raíz de las restricciones que todavía pesaban por la pandemia, pero que en la actualidad comienzan a ser comparados con períodos "más normales".
Además, otras estimaciones privadas consideran que, dentro de esa tendencia a la baja o de estancamiento, se dará también cierta volatilidad.
Del lado del sector empresario los cálculos son similares, según precisaron a NA todavía no tienen previsiones concretas respecto de cuánto podría ser la baja del consumo, aunque sí reflejan que ven ese menor ritmo de ventas, lo que también tendrá un impacto obligado sobre el nivel de actividad.
Según el último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) que realiza el Banco Central, la Argentina registrará este año un crecimiento del PBI del 3% una cifra que ya estaría por debajo del programa acordado con el Fondo Monetario Internacional (FMI), donde se pautó que se mueva entre 3,5% y 4,5%.
El motor central de toda esta situación es la inflación. En abril pasado se plantó en 6% y redondeó un 58% en el último año –la más alta en 30 años, y el Gobierno aseguró en varias ocasiones que para mayo y los meses siguientes caería hasta moverse cerca de 4%.
En la conferencia del jueves, Cerruti admitió que en mayo la inflación "va a ser un poco más baja" que la de abril, que marcó un 6%. Las consultoras privadas coinciden con esa visión, aunque las perspectivas respecto de mayo vuelven a alejar a las puntas, ya que el Gobierno vuelve a insistir con un 4%, mientras que los analistas se mueven entre el 5% y el 6%.