FTX debe a sus 50 mayores acreedores no garantizados un total de USD 3.100 millones, según una presentación en el tribunal que no reveló la identidad de ninguno de los demandantes; y los 50 reclamos más grandes son de clientes a los que se deben USD 21 millones o más, según un cable de la agencia Bloomberg.
La deuda de FTX después del colapso
Sin embargo, los datos de acreedores de montos menores son de los más variados e involucran a más de un 1 millón de empresas y personas, por lo que el caso puede llevar años en concluir.
Los acreedores adjuntaron capturas de pantalla de cuentas comerciales o correos electrónicos que habían recibido de FTX como prueba de lo que se les debía.
Entre estos están un banco alemán con sede en Frankfurt, que afirma que FTX le debe USD 2,3 millones por depósitos que incluyen Bitcoin, Ethereum y dólares, según documentos presentados; un acreedor de origen chino, con un reclamo por poco más de USD 21.000; y una gran cantidad de reclamos provenientes de inversionistas con sede en Taiwán.
No está claro cuánto dinero se generará a partir de la liquidación de FTX, y es posible que muchos acreedores reciban solo fracciones de lo que se les debe, en todo caso. El proceso puede llevar meses en casos más pequeños y años para quiebras multimillonarias más grandes.
Esto se debe a que las supuestas deudas, que generalmente no están garantizadas, están sujetas a un proceso diseñado para eliminar cualquier reclamo falso, inflado o duplicado.
Cómo fue la caída de FTX
FTX se había convertido en los últimos años en una de las plataformas de criptomonedas más importantes del mundo y había llegado a estar valuada en unos 32.000 millones de dólares.
Sin embargo, la empresa colapsó en pocos días después de que surgiesen dudas sobre su solvencia, que llevó a muchos usuarios a apresurarse a retirar su dinero, dejándola sin liquidez y revelando un muy mal manejo de fondos de sus usuarios.
Se cree que FTX habría usado miles de millones de dólares de sus clientes para financiar arriesgadas apuestas a través de su firma de inversiones Alameda Research, motivo por el cual las autoridades de Bahamas y de Estados Unidos están investigando posibles delitos cometidos por la firma fundada por Sam Bankman-Fried.