Del libro Te adoro y otros relatos
2. "Le dije que me gustaba, y quedé insatisfecha. La verdad era que a veces no me gustaba nada, pero no podía vivir sin ella. Le dije que la quería, pero también quiero a mi perro. Después le dije que la amaba, pero mi incomodidad fue mayor aún […] decidí prescindir del lenguaje, entonces me acusó de no querer comunicarme. Desde hace unos años, sólo existe el silencio. Encuentro, en él, una rara ecuanimidad: la de los placeres solitarios"
Del libro El museo de los esfuerzos inútiles
3. "Todos estábamos inmóviles, callados: la inmovilidad y el silencio eran los fundamentos de nuestra educación moral, social y cívica, por oposición al movimiento y a la palabra, factores, como todo el mundo sabe, de dispersión, convulsión y subversión políticos"
Del libro La rebelión de los niños
4. "Del presente recordaremos sólo aquello que la memoria quiera conservar, pero ella no es libre, se trata también de una memoria oprimida, de una memoria condicionada, tentada a olvidar, una memoria postrada y adormecida, claudicante. Aunque he tratado de mejorar su funcionamiento mediante varios ejercicios, no logré gran resultado. Estoy seguro de que si a nadie se le hubiera ocurrido inventar la escritura, gozaríamos de una memoria en mejor estado. Pero con la excusa de la palabra escrita, se ha vuelto tan perezosa que se pasa la mayor parte del tiempo durmiendo o distraída"
Del libro La rebelión de los niños
5. "Tenemos prohibido salir con escritores. El editor dice que la neurosis es contagiosa"
Del libro La nave de los locos
6. "Nuestro trato convencional con los seres que nos rodean es con frecuencia desatento, ritual, poco sensible. Entre cada uno de nosotros y los demás se erige una montaña de objetos que nos separan, ofician como verdaderos tabiques que nos condenan a la soledad, tumba y oasis de nuestras aspiraciones. A menudo hasta la taza de té que ofrecemos al visitante es, al mismo tiempo que un gesto de cortesía, una forma distanciadora de señalar nuestros respectivos espacios".
Del libro El museo de los esfuerzos inútiles
7.Bitácora
No conoce el arte de la navegación
quien no ha bogado en el vientre
de una mujer, remado en ella,
naufragado
y sobrevivido en una de sus playas.
De Linguística general
8. La pasión
Salimos del amor
como de una catástrofe aérea
Habíamos perdido la ropa
los papeles
a mí me faltaba un diente
y a ti la noción del tiempo
¿Era un año largo como un siglo
o un siglo corto como un día?
Por los muebles
por la casa
despojos rotos:
vasos fotos libros deshojados
Éramos los sobrevivientes
de un derrumbe
de un volcán
de las aguas arrebatadas
y nos despedimos con la vaga sensación
de haber sobrevivido
aunque no sabíamos para qué.
De Babel bárbara
9. Afrodita
Y está triste
como una silla abandonada
en la mitad del patio azul
Los pájaros la rodean
Cae una aguja
Las hojas resbalan
sin tocarla
Y está triste
en mitad del patio
con la mirada baja
los pechos alicaídos
dos palomas tardas
Y un collar
sin perro
en la mano
Como una silla vacía.
De Diáspora
10. Escoriación
Herida que queda, luego del amor, al costado del cuerpo.
Tajo profundo, lleno de peces y bocas rojas,
donde la sal duele, y arde el yodo,
que corre todo a lo largo del buque,
que deja pasar la espuma,
que tiene un ojo triste en el centro.
En la actividad de navegar,
como en el ejercicio del amor,
ningún marino, ningún capitán,
ningún armador, ningún amante,
han podido evitar esa suerte de heridas,
escoriaciones profundas, que tienen el largo del cuerpo
y la profundidad del mar,
cuya cicatriz no desaparece nunca,
y llevamos como estigmas de pasadas navegaciones,
de otras travesías. Por el número de escoriaciones
del buque, conocemos la cantidad de sus viajes;
por las escoriaciones de nuestra piel,
cuántas veces hemos amado.
De Descripción de un naufragio