"Cristina no puede ser una mera vicepresidenta y tampoco puede tomar decisiones que debe tomar el presidente; ese campo está por ser diseñado".
Luego agregó: "Ella no puede ser una mera vicepresidenta porque fue ella quien abrió paso a esta nueva etapa. Esto no lo puede ignorar ningún político, sobre todo no lo puede ignorar Alberto Fernández. Hay un primer lugar que le corresponde a Alberto Fernández, pero antes hay un primer lugar que le corresponde a ella por abrir esta posibilidad. Ella ocupa como dos lugares: el primero es simbólico y el segundo táctico-político".
En otro tramo de la entrevista anticipó también las dificultades que tendría Alberto Fernández para ejercer el poder:
"Por más programa que hagan los equipos técnicos lo que sucede en la calle va mucho más allá de lo técnico. Para ejercer el poder tenés que tener algo de anarquista. Cristina tiene algo de eso. Alberto Fernández continuamente dice 'soy hijo de un juez, soy profesor universitario'. Tiene la vestimenta del viejo porteño, pero debería dejarse invadir por ese rasgo de anarquismo que tienen todas las formas del poder", sugirió.
Aún con ese panorama, González remarcaba entonces la confianza en la fórmula presidencial que ganaría las elecciones un mes más tarde.
Se mostró "optimista" sobre el próximo gobierno "porque nos saca de esta salvajada que hicieron en lo económico y en lo espiritual". Y definió: "Gente que hace retiros espirituales, pero no sabe qué es eso del espíritu. Gente que pregona la religión de la meritocracia sin contemplar el daño que hacen a millones de personas". Y llamó a "trabajar con todas las fuerzas sociales (y) también las fuerzas empresariales, para desalojar este fallido humano que fue el macrismo". "Hay una derecha salvaje", afirmó, visible para él en los editoriales de ciertos diarios y en programas de televisión, como "algunos que parecen de entretenimiento o de almuerzos, (pero) son la derecha argentina fuerte".