Efemérides

Remedios de Escalada y San Martín, el romance y la muerte

Un 3 de agosto de 1823, hace 198 años, murió María de los Remedios de Escalada. La historia de la mujer que hizo posible liberar a América
Kristel Freire
por Kristel Freire |
Remedios de Escalada y San Martín, el romance y la muerte

Dicen que fue amor a primera vista. Que Remedios de Escalada lo dejó todo por San Martín. Que el libertador de América la conquistó con su mirada, aunque ella era una niña de 14 años y él un hombre de 34. Pero, ¿quién fue esta mujer y por qué murió tan joven?

Remedios de Escalada nació en la ciudad de Buenos Aires el 20 de noviembre de 1797. Habían pasado veintiún años desde que el rey Carlos III había creado el Virreinato del Río de la Plata y había hecho de Buenos Aires, por ser un puerto comercial importante, su capital. Hija de Tomasa de la Quintana y Antonio José de Escalada, ambos patriotas y revolucionarios del movimiento emancipador. La Revolución de Mayo fue con ellos, y gracias a ellos, un hecho. Su familia era una de las más acaudaladas y prestigiosas de la ciudad.

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María de los Remedios de Escalada creció entre discursos de libertad y lujos aristocráticos. Una niña que lo tenía todo, pero cuya realidad estaba bajada a su época. La libertad era concebida como un recurso de los hombres y de los hombres criollos y pudientes. San Martín no era un prototipo de hombre con el que la Doña Tomasa de la Quintana quisiera casar a su hija, a la que por su belleza, pretendientes jamás le faltaron.

Remedios se conoció con San Martín en un baile. El que sería el General en Jefe del ejército de los Andes sabía bailar, cantar y parecía feliz. A Remedios, al parecer, eso la atrajo. Rompió el compromiso que tenía con Gervasio Dorna, quien al verse humillado abandonó Buenos Aires y prefirió unirse al ejército de Belgrano. Dorna murió en combate el 1 de octubre de 1813.

Pero no todo era pasión y gloria. El romance de Remedios de Escalada con José de San Martín fue vapuleado por Doña Tomasa, quien lo consideraba un plebeyo. Por su parte, el padre de Remedios, accedió a que su hija se casara con un militar que, según se decía, había venido a liberar América. La carrera prometedora de San Martín hizo que el matrimonio fuera posible. Y fue también esa carrera prometedora lo que haría de Remedios una mujer infeliz.

El 12 de septiembre de 1812, María de los Remedios de Escalada y José Francisco de San Martín y Matorras se casaron en la Ciudad de Buenos Aires. Fueron testigos Carlos María de Alvear, quien los había presentado, y su esposa, Carmen. Para José de San Martín este matrimonio representaría un empujón en su carrera ya que le dio el prestigio social y la solvencia económica. La influencia de los Escalada hizo posible la creación del Regimiento de Granaderos a Caballo.

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En 1814, por cuestiones relacionadas a la carrera de su esposo, María de los Remedios se mudó a Mendoza. Allí su vida dio un vuelco, ya que, aunque no tenía un mal pasar económico, perdió mucho de los lujos a los que estaba acostumbrada en su hogar de Buenos Aires.

Remedios fundó la Liga Patriótica de Mujeres. Ella sería una de las promotoras y, tal vez, una de las principales razones por las que el Ejército de los Andes, que tenía a San Martín como General en Jefe y que sería importante en la liberación de los países del sur. Remedios no solo promovió la lucha por las independencias, que no venía de un mero apoyo a su marido, ella dono todas sus joyas para financiar a los soldados ya que era fiel al discurso que sus padres le habían inculcado.

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En 1816 nace su única hija, Merceditas, quien sería la única compañera de su padre en el exilio. Los años felices del matrimonio duraron poco. En 1817, San Martín y Remedios casi no se veían. El general San Martín estaba ocupado en las batallas de liberación, tratando de anexar Guayaquil a Perú, entrevistándose con su similar del norte, Simón Bolívar.

Cayó enferma de tuberculosis, regresó a Buenos Aires con la esperanza de volver a ver su esposo y de cuidar a su padre. Sin embargo, ese momento no llegó. Fue el año de la entrevista entre los dos libertadores, en 1822, que murió su padre. Lo que destrozó a una ya maltrecha Remedios. Incluso en su viaje de ida a Buenos Aires había hecho llevar un ataúd por si moría. Belgrano, amigo de San Martín, ordenó que la custodiaran. Tomasa, su madre, fue quien le sostuvo la mano hasta el último momento, el 3 de agosto de 1823.

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San Martín había pedido permiso para reencontrarse con su esposa antes de su muerte, pero Bernandino Rivadavia se lo negó. El general San Martín llegó cuando su esposa había fallecido. Lo que generó rechazo entre la familia de Remedios. Además, se lo acusaba de conspirador, así que tuvo que huir. Antes de exiliarse en Europa con Merceditas mandó a escribir en el sepulcro de Remedios, en el Cementerio de la Recoleta, un epitafio corto pero preciso: Aquí descansa Remedios de Escalada, esposa y amiga del general San Martín.

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Cuando San Martín supo de la muerte de Remedios en la ciudad de Buenos Aires, y entendió que no había podido llegar a despedirse, le escribió desolado a Nicolás Rodríguez Peña: "Uno puede conformarse con la pérdida de una mujer, pero no con la de una amiga".

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