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Adiós al fútbol como lo conocemos: la FIFA anunció un cambio clave para los futbolistas

La FIFA alcanzó un principio de acuerdo para hacer efectiva una media que modificará el día a día de los futbolistas.

Adiós al fútbol como lo conocemos: la FIFA anunció un cambio clave para los futbolistas

La FIFA anunció este fin de semana una de las decisiones más significativas en relación al bienestar de los futbolistas profesionales. Tras una reunión mantenida en Nueva York, en la antesala de la final del Mundial de Clubes 2025 que el Chelsea le ganó al PSG, el organismo rector del fútbol mundial confirmó que se avanzó en un principio de acuerdo para introducir nuevas reglas sobre descanso y vacaciones en el calendario internacional.

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Según el comunicado oficial, la FIFA, junto con representantes de sindicatos de jugadores de todo el mundo, coincidieron en que “la salud y el bienestar de los futbolistas debe ser una prioridad absoluta”. Por eso, se establecieron dos medidas centrales: un mínimo de 72 horas de recuperación entre partidos oficiales y al menos 21 días consecutivos de vacaciones al final de cada temporada.

“Existe un consenso de que debe haber al menos 72 horas de descanso entre partidos, y que los jugadores deben tener un período de descanso/vacaciones de al menos 21 días al final de cada temporada”, señala el texto difundido por la entidad.

La medida, que aún debe oficializarse en su implementación práctica por parte de las federaciones y los clubes, fue calificada como “progresiva” por los participantes del encuentro. “Este período debe ser gestionado individualmente por cada club y sus jugadores, teniendo en cuenta los calendarios de competencia y los acuerdos colectivos aplicables”, agregó la FIFA.

Tensiones crecientes en el calendario global

La iniciativa no surge en el vacío. En los últimos meses, se intensificaron las críticas contra el modelo actual de competencias, marcado por una saturación que incluye torneos de clubes, selecciones, viajes intercontinentales y compromisos comerciales.

Uno de los sectores más activos fue el sindicato de futbolistas profesionales de Francia (UNFP), que se expresó con dureza antes del inicio del Mundial de Clubes. “Es urgente detener esta masacre”, denunciaron, en referencia a la carga de partidos y el creciente número de lesiones.

De hecho, el propio Mundial de Clubes fue señalado por muchos como un símbolo del problema. A pesar de su atractivo y proyección internacional, su ubicación en el calendario generó una fuerte preocupación por el desgaste físico y el impacto en la salud mental de los futbolistas.

Dificultades de implementación

Aunque el acuerdo representa un avance, su aplicación efectiva no será sencilla. Uno de los principales desafíos es cómo afectará esta decisión a las ligas europeas y los derechos televisivos.

Por ejemplo, en competencias como la Europa League, los partidos se disputan los jueves, lo que obligaría a reprogramar muchos encuentros domésticos del fin de semana si se respetan las 72 horas de descanso. Algunos países, como Alemania, ya eliminaron los partidos de los lunes por presión de los hinchas, lo que deja menos margen para adaptarse.

También se discutió la necesidad de implementar un día obligatorio de descanso semanal, tener en cuenta los viajes internacionales y establecer protocolos frente a condiciones climáticas extremas que puedan poner en riesgo la integridad de los deportistas.

¿Un nuevo paradigma?

Más allá de los conflictos que puedan surgir, la postura de la FIFA marca un giro discursivo y estratégico importante. La organización, tradicionalmente asociada a la expansión del calendario, parece reconocer que ya no se trata solamente de sumar torneos, sino de cuidar a quienes los hacen posibles.

Con un calendario que cada vez exige más y una generación de jugadores que ya expresa públicamente su agotamiento, este principio de acuerdo podría ser el primer paso hacia un fútbol más equilibrado y sustentable.

Resta ver si los clubes, las ligas y los organismos regionales acompañarán esta dirección o si, por el contrario, la tensión entre negocio y salud volverá a ponerse sobre la mesa.

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