Torres Gil contó que el problema no solo lo condicionaba en sus entrenamientos sino también en su vida cotidiana. “El equipo venía insistiéndome, al final decidí operarme de varios problemas que venía arrastrando en mi vida en la parte respiratoria”, expresó, dando a entender que la decisión fue difícil pero necesaria.
La última competencia en la que participó fue la Costa Rica Freestyle Series de Puntarenas (UCI C1), a fines de febrero, donde logró un meritorio segundo lugar, quedando a apenas 1,67 puntos del local Kenneth Tencio.
El historial médico del atleta argentino es extenso y contundente: múltiples fracturas y lesiones que no le impidieron alcanzar la cima olímpica. “En el hombro, una luxación acromio y una fractura arriba del húmero. En el codo creo que fueron tres fracturas. En la muñeca, una y en el dedo índice, otra. En las rodillas, los ligamentos cruzados. Y en los tobillos, problemas crónicos. Así y todo, lo conseguimos”, detalló tras su consagración en París.
Ahora, con una salud respiratoria renovada, Torres Gil comienza una nueva etapa de recuperación, apuntando a lo que viene en el calendario internacional y, por supuesto, soñando con seguir haciendo historia en el BMX freestyle.