“Es el primero sin mi viejo en vida”, reconoció. Y agregó que, aun así, su recuerdo lo acompañó en cada momento: “Vi su sonrisa cuando alcé la vista al cielo. Estoy feliz, es uno de los mejores momentos de mi vida”.
La ausencia de su padre se combinó con otro cambio fundamental: por primera vez, Canapino no compitió dentro de un equipo familiar. Su llegada al Canning Motorsport —una fusión entre JP Carrera y Las Toscas Racing— significó incorporarse a una de las estructuras más grandes del TC moderno, con siete autos por fin de semana y un nivel de profesionalización inédito para él.
“Es una mega estructura, la más grande del Turismo Carretera”, explicó. “Siempre mis campeonatos anteriores habían sido con un equipo propio en Arrecifes”.
Por qué el Turismo Carretera sigue siendo una categoría única en el mundo
En su charla con Laje, Canapino fue contundente: “El Turismo Carretera es una categoría única en el mundo”.
El piloto describió tres factores principales:
-
El nivel de pasión: más de 50 autos compiten por fecha, algo que no se replica en otras partes del planeta.
La exigencia física: no hay asistencias electrónicas ni dirección asistida, lo que vuelve al auto extremadamente desafiante.
La experiencia del público: la fanaticada del interior sigue acampando desde días antes, pidiendo autógrafos y hasta tatuándose su nombre.
“Firmar brazos para que se lo tatúen es cotidiano”, contó entre risas. Y admitió que muchas familias le pusieron Agustín a sus hijos por él: “El problema es que ya están creciditos y me empiezan a preocupar”.
Además, el TC se encamina hacia una transformación histórica: en 2026 se sumarán Mercedes-Benz y BMW de manera oficial, lo que elevará aún más la competitividad y la inversión en la categoría.
¿Qué dejó su experiencia en IndyCar y cómo lo marcó en su regreso?
Canapino también repasó su etapa en Estados Unidos, donde compitió en IndyCar y enfrentó las 500 Millas de Indianápolis, una de las citas más exigentes del automovilismo mundial.
“La IndyCar es la categoría más exigente y la más riesgosa del mundo”, sostuvo. Sus números impresionan:
– 374 km/h de promedio en clasificación
– 390 km/h de velocidad máxima
El piloto recordó que las primeras vueltas resultan impactantes por la velocidad, la visión limitada y la necesidad de precisión extrema: “No hay margen para el error. Todo afecta: una brisa, un pequeño cambio en el viento, la mínima variación en el neumático”.
También habló del proceso personal de adaptación: aprender inglés desde cero junto a su esposa Josefina y vivir en Indiana, lejos de los grandes centros urbanos del país.
Fue una experiencia que, según él, lo hizo más profesional y más meticuloso en cada detalle del automovilismo.
¿Qué viene ahora para el pentacampeón?
A pesar de haber alcanzado cifras históricas, Canapino afirma que su motivación está intacta. “Yo tengo más ganas de salir campeón el año que viene que este. Revalidar el título es más difícil que ganarlo. Y si puedo, quiero cinco más”, lanzó.
Su ambición personal se combina con un TC en plena revolución: nuevos modelos, nuevas marcas oficiales y un nivel de competencia cada vez más alto.
Con cinco coronas, 17 títulos en el automovilismo nacional y un legado que combina tradición familiar, innovación digital y profesionalización extrema, Agustín Canapino atraviesa el momento más sólido de su carrera. Y, según él mismo admite, todavía falta mucho más por escribir.