Agrega que “si un camino menos ortodoxo complica la renovación de la deuda local, es probable que se necesite una monetización aún mayor del déficit. Esto, a su vez, podría forzar esfuerzos de esterilización más fuertes por parte de la autoridad monetaria, lo que conduciría a un aumento considerable en el stock de Leliq, que es otro riesgo en sí mismo”.
Las derivaciones de este desborde monetario son claras: el exceso de liquidez podría aumentar la brecha cambiaria, ya que los tenedores de pesos compran dólares en los mercados cambiarios alternativos.
Por último, Morgan Stanley agrega que “existen riesgos crecientes para nuestro escenario del gobierno saliendo del paso. Si la brecha cambiaria se amplía, habría presión sobre el dólar oficial”. Concluye señalando que “el Gobierno está endureciendo las restricciones a la importación para salir adelante, pero eso perjudica la actividad y alimenta la inflación, que ya es elevada. Así que no hay soluciones fáciles y hay elecciones presidenciales el próximo año. Pero es demasiado pronto para pensar en política en el entorno actual. Por ahora, todos los ojos están puestos en el posible primer conjunto de anuncios de políticas bajo el nuevo liderazgo en el Ministerio de Economía”.